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Sitios de padres y hermosuras colaterales en la Puebla de los Infantes...


"Sitios de padres", qué gran concepto. ¿Os lo explico? Veréis, ese es el nombre con el que suelo denominar a esos sitios para comer donde mis padres y sus coetáneos entrarían sin pestañear. Sitios de tradición, de comida casera y sin florituras, de recio abolengo en algunos casos, con chaqueta y corbata, perlas y cardados imposibles; y otras más informales, de gentes del campo, de cazadores y viajeros de paso... No os defraudarán en lo que al paladar se refiere. Suelen localizarse mayormente en las zonas rurales, al menos es donde los encuentro más auténticos. Me encanta salir de la ciudad y explorar los pueblos, se encuentran verdaderas joyas en todos los sentidos.




Y he aquí que hoy vengo a hablaros de uno de esos sitios de padres que tengo entre mis favoritos en la provincia de Sevilla, el Bar Restaurante Agredano en la Puebla de los Infantes, en las estribaciones de la Sierra Norte, la franja sevillana de Sierra Morena. Un pequeño y bonito pueblo que esconde varias joyas, como el lavadero antiguo de piedra conservado prácticamente intacto, o su precioso entorno en un valle rodeado de verdes montañas y con la enorme laguna que forma el agua retenida del embalse de José Torán. El camino para llegar hasta él es, en otoño, invierno y primavera, un disfrute para los sentidos: verde y más verde y agua, mucha agua. A mí me gusta desde Sevilla tomar la carretera que va uniendo las poblaciones de Villaverde del Río, Cantillana, Alcolea del Río... hasta llegar a Lora del Río. Para desde allí coger la que sube a la Ermita de Setefilla (SE-146), que continua hasta la Puebla de los Infantes. Recomiendo aflojar el pie del acelerador y disfrutar de cada curva y el paisaje. 


En Agredano tienen variadas y suculentas especialidades: las carnes ibéricas y de caza, la casquería en todos sus formatos y cocciones, el revuelto de tagarninas, y la estrella estelar, el faisán. Pero ojo amigos, no confundir con la colorida ave, pues me refiero al hongo que responde al nombre científico de Leccinum lepidum y que los caprichos del lenguaje popular le dieron aquel nombre. Para los incrédulos pinchen en el enlace de su nombre latino.





Estamos en las inmediaciones de la sierra y es normal que estas sean las viandas que encontremos en este lugar. Pero aparte de la excelente materia prima, detrás hay unas maravillosas cocineras que dan el justo sabor y punto a todos los platos. En mi última visita disfruté de un pastel de berenjenas con un ligero toque de naranja y canela realmente espectacular. La cocina es sencilla y sabrosa, nunca me ha decepcionado un plato. Tampoco hay que olvidarse de los postre caseros de toda la vida, hechos con mucho amor: arroz con leche, natillas, leche frita, torrijas...

Siempre me resulta muy curioso encontrar este recorte de la prensa francesa en las paredes de Agredano, bajo el título de "El festival del sabor" y con la imagen de dos de sus cocineras. Disculpen la mala fotografía que pueden visionar en este link (el cristal que la protegía hacía imposible ejecutarla sin reflejos), pero creo que es un gran testimonio de apoyo a mi entrada aunque haya obviado el texto. Me pregunto, cómo habrá llegado hasta este pequeño y remoto lugar un crítico gastronómico francés...? Misterios tiene la vida. 

Y vosotros os preguntaréis, y cómo es que Delikat ha dado con este lugar, ¿qué se le ha perdido por la Puebla de los Infantes? Pues bien, os desvelo el secreto. Tengo un buen amigo que tiene una hermosa finca por los alrededores, donde he pasado muchos y muy buenos momentos. Gracias a él descubrí hace bastantes años toda la zona, el pueblo y el restaurante. Y no podría hablar de mi caro amigo Enrique sin mencionar, ya que estamos hablando de asuntos gastronómicos mayormente, no solo sus habilidades para hacer un arroz en un santiamén, con un manojo de espárragos salvajes recién cogidos (de chuparse los dedos), sino sobre todo de su preciosa cocina.



Observen amigos, cada objeto es en sí una delicia: esa heladera antigua usada de pequeño almacenaje,  el peso de metal, los fregaderos de piedra, los medidores de cereal  en cobre que se trajo de Inglaterra, los grandes peroles de hierro colgados... Toda la finca es hermosa, pero mi ojito derecho es esta cocina, me quedo embobada mirando cada pieza, estoy segura de que muchos de vosotros también.

Y ya sin más me despido, esperando haberos animado por si algún día estáis de paso o vivís por la provincia y os aventuréis a explorar este pequeño rincón del mundo. Eso sí, la cocina de mi amigo está vetada al gran público, siempre habrá privilegios... 


Hispalis China Town


Desviándome por completo de los últimos gastro capítulos en los que os contaba las  posibilidades de degustar comida latina en Andalucía, hoy vengo a contaros un secreto que durante años se ha mantenido bien guardado: la existencia de un lugar para comer auténtica comida china en Sevilla, al que los privilegiados conocedores del lugar hemos llamado para distinguirlo del resto: el chino-chino (no es lo mismo decir "voy a un chino a comer", que "me voy al chino-chino", tendréis que estar de acuerdo con esta máxima).

Los que tengáis un mínimo de curiosidad y de conocimientos culinarios, sabréis que ese infame trinomio de arroz tres delicias + rollito de primavera + pollo con almendras que se suele servir en los restaurantes chinos adaptados al "gusto español" (esos de oscura y cargada decoración de farolillos y celosías rojas...), no es ni por asomo una muestra de la rica y variada gastronomía China, un país inmenso en geografía, historia y cultura que se ve reflejado, como no podía ser de otra manera, en su comida (si no habéis visto el programa especial de "Gastronomía Insólita" con Andrew Zimmern en China, visitad estos enlaces que vais a alucinar: Parte 1 - Parte 2).


Pero volvamos al sur de la piel de toro, donde una comunidad de chinos procedentes principalmente de Quingtian (B), un condado montañoso de la región de Zhejiang a unos 500 km al sur de Shanghai (A), está establecida desde hace años. Dato curioso, ¿sabéis que la mayoría de la población china emigrada a España procede de esta zona? Hace ya más de 10 años de este artículo publicado en el Diario El Mundo (ver link), y aquellos hombres y mujeres de rasgados ojos que venían a trabajar sin descanso en establecimientos familiares,  son vistos ahora de manera muy diferente, con cierta admiración y envidia me atrevo a decir, desde el prisma del derrumbe de la economía europea, juzguen este otro artículo publicado casi una década después en Cotizalia.




En la zona este de la ciudad de Sevilla, concretamente en Marqués de Pickman, la fisonomía del paisaje urbano ha cambiado radicalmente, si en los años 80-90 zapaterías y tiendas de vestidos de comunión invadían el floreciente comercio de la zona made in Spain, hoy nos encontramos con una curiosa Hispalis China Town, donde se suceden locutorios chinos, establecimientos de masaje y acupuntura, supermercados orientales... y la joya de la corona, un pequeño establecimiento de comidas que puede pasar desapercibido totalmente y que responde al nombre de Bar Oriental Qi Lin Ke. Soy una adicta a este bar que me descubrió mi amiga Anna de Panepanna hace dos años, la semana pasada hice mi checking 15º en él,  no recibí ningún premio ni nada por el estilo, pero un amigo mío asegura que desde que soy cliente fija se han esforzado y han puesto hasta manteles de hule y vajilla de Ikea :-). El joven cocinero es un primor y muy agradable, maneja como nadie la técnica del stir-fry y los salteados de verduras los hace sabrosos y crujientes, una delicia. Siempre hay familias chinas comiendo allí, nunca o casi nunca he coincidido con occidentales... debe de ser el lugar donde van a comer todos los que tienen restaurantes chinos para españoles.







La carta es bastante extensa, aunque confieso que hay platos que creo que no me atrevería a probar, sobre todo aquellos en los que la casquería es la protagonista, pero todos los de verdura y pasta (tallarines hefen, udon, de batata, etc.)  son una delicia. 

Muero por el aliño de medusa, sí medusa como lo leen, textura y sabor del aliño delicioso...








... muy ricas como entrante, las vainas de soja fresca al vapor con guindilla,  acompañados de una cerveza china bien fría es el mejor entretenimiento mientras llegan los platos...















... las coliflores salteadas con una especie de sal de ajo que las hacen muy sabrosas.















Y una de los reyes de la casa, las empanadillas rellenas, servidas o bien en sopa o a la plancha como las de la imagen. También las tienen de batata. 







El último plato que he descubierto, voy haciendo apuestas arriesgadas pero con finales felices en la mayoría de las ocasiones, unas gambas algo picantes a la salsa Gonbao, típica de la provincia de Sichuan situada más al suroeste del país.




En fin quince visitas dan para muchos platos, sobre todo considerando que siempre he ido con un buen puñado de amigos, así que dejo ya de poneros los dientes largos con tanta fotografía. Me vais a permitir conservar el misterio de que en un lugar de la calle Marqués de Pickman de Sevilla, sin dar número ni lado de la acera, existe un pequeño local donde los más aventureros podrán conocer muchas de las delicias del sur de la China. El trato es amable, discreto como es habitual en esta comunidad, no se habla apenas español, pero cuando se trata de comida todos nos entendemos, y no se me asusten cuando vean esta fachada ni el interior más semejante a un comedor público que a un bar o restaurante... les aseguro que la comida es limpia y de confianza.



La excusa de la mujer de verde con sombrero

Mujer de verde con sombrero*
 Kees Van Dongen (1908)

Hay viajes y escapadas que son toda una excusa, además bastante difusa, pues vistos en la distancia ya no se sabe si los deseos y prioridades iban por derroteros culturetas o tenían un matiz más terrenal y mundano para saciar otros instintos. Añado que este post, o la idea primigenia de él que no sé cómo acabará, lleva un retraso descomunal. Créanme, la vida de una blogger no es nada fácil, justo ayer me llegaba un mensaje de un amigo en el que su asunto decía escuetamente: "¿Cuándo un próximo post de Delikat Essences?", la presión se masca en el ambiente. Le puse algunos pretextos, que voy últimamente muy mal de tiempo, pero una voz interior me decía "ponte al teclado y déjate de milongas" y en esas me encuentro. Para más inri, siempre hay listillos (link a la página del tunante) que se adelantan y te pisan el tema o parte del mismo, así que hay que echar mano del ingenio para no ser redundante (como el susodicho está de viaje a miles de millas no se va a enterar... ¡qué envidia más gorda le tengo!)



Rebobino y me sitúo, mes de abril en Madrid, esa ciudad que últimamente es la admiración de muchas capitales de Europa y del más allá, a la que hay que reconocer en los últimos años una oferta cultural y de ocio de infarto. Pues bien, ahí estamos, Villa y Corte, dos exposiciones maravillosas al unísono "El Hermitage en el Prado"  y una completísima retrospectiva de Chagall en el Museo Thyssen-Bornemisza. Ambas requerían tiempo y dedicación, pues era tal la cantidad de obras que se exhibían, sobre todo en la del Prado con una variedad de estilos, épocas y contenido brutal, dando una idea del boato y la riqueza en la que se movían los zares rusos, que hacía difícil digerirlas en un fin de semana. Esto nos lleva siempre a tener que seleccionar algunas piezas en las que podernos deleitar, detenernos unos instantes de nuestro estresante periplo para aprehenderlas mejor. Aparte de la impresionante obra de Chagall, existía un cuadro en especial en la colección del Hermitage que quería contemplar "Mujer de verde con sombrero" también llamado "Mujer con sombrero negro" del pintor holandés Kees van Dongen, uno de mis favoritos, fauvista y expresionista a lo largo de su trayectoria pictórica. 

No hay mucha obra de Van Dongen en España, algo en el Thyssen y poco más, y recuerdo una retrospectiva que le dedicó hace años el Museo Picasso de Barcelona a la que no fui. Me encanta el color en este pintor, así como la elegancia con la que retrata a cada una de las mujeres que forman su maravilloso universo de damas con sombrero (otra de mis predilectas es "The Corn Poppy" que se encuentra en el Museo de Arte de Houston, el cual me pilla bastante lejos). Su valoración como artista sufrió un traspiés en la convulsa época que le tocó vivir, después de una época dorada parisina en la que formó parte del movimiento fauvista y a cuya etapa pertenece el cuadro de la colección del Hermitage, tuvo como patrocinador puntual, en un proyecto común con otros artistas, a uno de los líderes de la Alemania nazi, el temible Goebbels, y eso tras la II Guerra Mundial lo dejó en muy mal lugar. Acabo retirándose a Mónaco y se dice que termino sus días pintando a mujeres de la burguesía decadente de la época. Decadentes o no, a mí estas damas me tienen enamorada, tanto así que en mi paso por la tienda del museo me traje cuadernos y otras fruslerías con la señora de verde estampada.  


Y como ya he dicho al principio, a veces las intenciones de las escapadas de fin de semana son muy difusas. Queda claro que no solo del arte vive el hombre, así que días previos hice una exhaustiva investigación de buenos lugares para comer, mi estómago merecía ser bien tratado. Hice acopio de tantos sitios, gracias a recomendaciones de muchos amigos cercanos y virtuales, que tengo para varias escapadas a la gran urbe, pero aquí os muestro uno que creo que merece la pena dados los tiempos de crisis y escasez, La Taberna Badila (C/ de la Cabeza, 7), en pleno Barrio de las Letras.  Lo conocí gracias al estupendo blog "Madrid y yo" y es un lugar sencillo, luminoso y agradable, con cocina de mercado distribuida en menús con primer y segundo plato más postre, servidos tanto de día como de noche y fines de semana, y al estupendo precio de 15 € (bebida incluida).



Se agradece que las ensaladas no llevaran la infame lechuga iceberg que para mi entender no sabe a nada, una aversión personal que tengo, sino lechuga romana fresca y jugosa. El congrio con pulpo y patatas a la sidra que pidió mi acompañante estaba de chuparse los dedos. Yo opté por una pasta fresca con albahaca y salsa de tomate casero riquísima, pero el congrio era un plato estupendo y lo miraba con ojos de deseo, juzguen ustedes mismos.




Bueno y esto ha sido todo, al final he concluido el post entre unas cosas y otras, yo solo espero que para próximas escapadas culturales & gastronómicas me ande más espabilada para pasar luego a contároslo. Ya veréis como el listillo se adelanta con Hopper :-) ...


*Nota: la exposición del Hermitage en el Prado, concebida inicialmente hasta el 25 de marzo, fue  prolongada hasta el 8 de abril de 2012. 


Alquimistas del siglo XXI


Semillas de cilantro, cáscara de naranja y regaliz


Los tiempos de la alquimia no han caducado, aquella antigua práctica en la que ciencia y filosofía se daban de la mano y que mesopotámicos y egipcios ya practicaban, sigue entre nosotros. Mirad bien a vuestro alrededor, dejaros llevar por las sensaciones, por los aromas, sabores y el arte que se despliega en vuestro entorno y aunque no lleguéis a encontrar nunca la piedra filosofal, esa que dicen que da la vida eterna y transforma todo lo que toca en oro, habréis disfrutado de su búsqueda, os lo puedo asegurar. Entonces habrá merecido la pena.


Hace unos días pude verlos de cerca, sí os lo aseguro, a esos alquimistas fantásticos que se mueven entre nosotros, casi en la sombra, para sorprendernos y zarandearnos los sentidos. El evento, la #CenaInedit, reunió a un buen puñado de ellos, muchos estaban en inspiración, como Ferran Adrià, su equipo y los maestros cerveceros de Damm, que han dado origen a una cerveza con vocación de gourmet, con el inédito bouquet del cilantro, la cáscara de naranja y el regaliz combinados; o la artesanía del panadero sevillano Fidel Pernía, que creó un surtido sorprendente de panes en exclusiva para nosotros. Otros estaban allí presentes, como el gran Pepe Ferrer, que con gran vocación de mago nos demostró en una sorprendente y original cata, como marida Inedit con todo tipo de sabores: salado, amargo, picante...hasta con el goloso y dulce chocolate; o el maestro del daguerrotipo Manolo Manosalbasque ha dejado buena cuenta visual en su cuaderno de bitácora de las fantásticas sensaciones vividas. 

Surtido de panes de Fidel Pernía en la #CenaInedit
(de altramuces, de cacahuete, de cítricos y pimienta, de aceituna gordal...)


Para mayor gozo, todo ello aconteció en el templo alquímico de Besana Tapas (Utrera), no es casualidad que esté situado en la antigua judería de la villa y que en este espacio existiera una sinagoga que luego fue capilla. El menú que Mario y Curro crearon para nosotros (mencionar que han tenido el privilegio de trabajar con el Celler de Can Roca, recién nominado segundo mejor restaurante del mundo), fue sin duda sorprendente. Compuesto de snacks, tapas y posteriormente los platos principales con sabores marinos al inicio y carnes a continuación, que nos dejó a todos con la boca abierta. Muchos guiños a la cerveza Inedit, como el homenaje que hicieron a la flor de lúpulo con alcauciles con corazón de foie y naranja, que fue realmente sublime; o el magnífico postre con espuma de regaliz, crema 70-30, naranja y cilantro que combinó a la perfección con el pan dulce Inedit creado por Fidel con los mismos sabores. 




Todos quedamos extasiados, los maestros de la alquimia habían desplegado su magia con nosotros, estábamos atrapados. No me voy a demorar en la explicación de todo el espectáculo visual y gustativo que vivimos, ya que Manosalbas lo ha dejado muy bien plasmado en imágenes,  que ya se sabe que valen más que las palabras.

Gracias a Estrella Damm, a Anna y Jorge por darme la oportunidad de vivir todas estas sensaciones, por el reencuentro con viejos amigos como Rosana, Ernestina, Ray y por el conocimiento de nuevos curiosos de la vida, como Carmen, Eva, Pepe y Txaber entre otros.  Un abrazo a todos y hasta la próxima.



Del Este al Noroeste


Esta historia comienza con una familia judía lituana, formada por el matrimonio entre Harry y Fanny Grodzinsky, que emigraron al Londres victoriano de 1888 y se asentaron en el East End, donde se concentraba, por aquel entonces, la mayoría de la población judía llegada desde varios países europeos. Comenzaron a ganarse la vida vendiendo pan y dulces según los dictados kosher, como ya lo hacían en su Vilnius natal, en un puesto ambulante del mercado de Petticoat Lane. Muy pronto el negocio prosperó y les permitió abrir una panadería en la calle Fieldgate, y con los años un segundo local en Stamford Hill, donde instalaron el obrador principal gestionado por el hijo de la emprendedora pareja (en la imagen junto a su esposa). Su primer establecimiento, donde se encontraba su hogar, quedó por completo destruido durante un bombardeo alemán en la II Guerra Mundial, pero consiguieron sobreponerse al infortunio y en los años 60-70, F. Grodzinsky&Son era considerada la mayor panadería kosher de Europa, hasta la actualidad, donde la 5ª generación de la familia, que con el devenir del tiempo perdió la "y" de su apellido, regenta varios locales en Londres e incluso han llegado a abrir un sucursal al otro lado del charco, en Toronto.



Ya os comenté que merece la pena perderse por la zona noroeste de Londres, pues nos podemos encontrar con algunas joyas como esta deliciosa panadería-confitería kosher, claro que yo juego con ventaja al tener allí un fantástica hada madrina. Estuve en su horno principal de Stamford Hill y me zampé un rico bagel con semillas de amapola recién horneado, relleno de verduras y un tipo de salami vegetal muy consumido por la comunidad judía. También compramos algunos dulces y panes para llevarlos a casa, todo estaba delicioso. Me encantó pasear por la zona, muy tranquila y residencial, con canales navegables, donde la comunidad judía ortodoxa se refugia y donde nada extraordinario parece ocurrir, pero solo por visitar el obrador de los Grodzinsky merece la pena acercarse. 



GRODZINSKI J &  DAUGHTERS
170 Clapton Common
Stamford Hill
London E5 9AG 



La apacible mañana de paseo me traería alguna sorpresa más. Si los Grodzinsky se refugiaron en Londres en busca de una mejor vida para los suyos a finales del siglo XIX, la historia se volvía a repetir y a finales del XX, un gran flujo de personas de la Europa del Este llegaron a Gran Bretaña en busca de trabajo en la "grey economy", que no es otra cosa, hablando en nuestro idioma, que la economía del ladrillo. De nuevo lituanos, checos y un largo etcétera, dejaron sus países de origen en busca de trabajo en la construcción y ese es el motivo por el que en la zona noroeste de la ciudad también se asiente una importante comunidad de polacos y que muchos hayan abierto sus propios locales de ocio y restauración para, mayormente, uso y disfrute de sus paisanos. Desde el horno judío hasta el sencillo restaurante polaco Grota Smaku en el que almorcé, no hay más de 10 minutos a pie (ver mapa), allí pude degustar dos de los platos más típicos de la cocina polaca,  mis primeros pierogi (una especie de empanadillas rellenas de champiñones, requesón y patata) y un guiso de golumpki (hojas de col blanca cocinadas con carne y salsa de tomate), además de unas tortitas hechas de patata rallada (placki kartoflane). Confieso que no pude resistirme a pedirme una cerveza polaca. Ya sabéis, "adonde  fueres haz lo que vieres".

GROTA SMAKU 
98 High Road
London N15 6JR

Espero que os haya gustado el paseo y que si os acercáis por la ciudad, sobre todo aquellos que ya la conozcan mejor y tengan tiempo para hacer nuevas y diferente incursiones, pues aquí tenéis otras opciones muy apetitosas.

Gastroapuntes: Vinería San Telmo



Llegaron de nuevo las fiestas, y si bien para mí tienen poco de santas, no les voy a hacer aspavientos y me tomo estos días de asueto con las ganas y el anhelo de disfrutar del relax, de la amistad, y ejercer, lejos de aglomeraciones, un poquito de la filosofía epicúrea de la que ya os manifesté que soy seguidora. El caso es que para no dejar este espacio desatendido por tanto tiempo, os regalo un suculento gastroapunte, pues quedan bastantes buenas recomendaciones que compartir con mis queridos amigos (los sufridos lectores que diría el ingenioso Sorokin de Diario de un Aburrido). 

La Vineria San Telmo, situada en el Barrio de Santa Cruz de Sevilla (Casco Histórico), es uno de mis sitios preferidos de la ciudad para ir a comer. Podríamos decir que es una excelente vinoteca, pues nada más entrar nos encontramos con una bodega acristalada donde más de una treintena de denominaciones de origen españolas y extranjeras comparten espacio (Bierzo, Jumilla, Penedes, Somontano, Toro, Rueda, Yecla, Rías Baixas... y un largo etcétera que podréis consultar en su Web en la carta de vinos). Y también es, sin lugar a dudas, un gastrobar o restaurante donde se sirven originales platos sin perder de vista la calidad, con esa sencilla división de la carta en "cosas frías" y "cosas calientes".

Es curioso, este lugar lleva ya varios años abierto en la ciudad, mucho antes de que proliferarán en los últimos tres o cuatro años, un buen puñado de sitios con tapas de autor y gente joven con ganas de hacer cosas muy interesantes, que están sin duda aportando muchísimo a la gastronomía sevillana. Los lugares tradicionales con las tapas más típicas, conviven ahora con estos nuevos espacios que son un disfrute para los sentidos (sin menospreciar por supuesto a los de tapeo de toda la vida, ¿a quién no le apetece de vez en cuando algo tan simple como un buen jamón con queso o unas tortillitas de camarones, sin más?). Pero el caso es, que la Vinería San Telmo ya existía antes de este fenómeno, era de esos lugares donde podíamos encontrarnos con ese "punto" diferente y ahí sigue manteniéndose, a pesar de espacios nuevos a cada cual más novedoso y original, y eso es muy significativo. A la Vinería he vuelto en los últimos meses en varias ocasiones, para constatar todo esto que os digo y  disfrutar de nuevo de mis platos preferidos: el foie a la plancha con litchis que es realmente delicioso; el carpaccio de gambones con sésamo, acompañado de salsa de soja, uno de sus platos fríos que tengo que confesar me pierde; y para picar algo, nada mejor que las yucas y patatas fritas con salsas o el paté de txangurro que probé por primera vez en mi última visita. Si esto lo acompañamos de excelentes vinos y de unos postres caseros riquísimos, nos encontramos con una magnífica recomendación. Las dos tartas que os muestro son mis preferidas, el caramelo que acompaña a la de manzana es como si fuera un fudge derretido, delicioso y cremoso; y el merengue al limón de la segunda, es ligero y con su justo punto de azúcar, sin empalagar.

El espacio además es muy agradable, con buena decoración e iluminación (algo que valoro tanto por ser tan escaso en una tierra, donde a veces parecen querer agotar las existencias mundiales de fluorescentes), y muy importante, excelente y amable servicio. Sus dueños son oriundos de Argentina, de ahí  el guiño en el nombre al famoso barrio bonaerense. Volveré sin duda una y otra vez a la Vinería de San Telmo y la aconsejo a propios y extraños con la certeza de éxito total.

Foie a la plancha con litchis

Yuca y patatas fritas con salsas

Carpaccio de gambones con sésamo

Paté de txangurro

Tarta de merengue al limón

Tarta de manzana con caramelo


Vinería San Telmo
Paseo Catalina de Rivera
(Junto a Jardines de Murillo)
Tfno: 954 410 600
info@vineriasantelmo.com

Un trío que comenzó con un dúo

"La Gula" de Pieter Brueghel el Viejo

No vayan a ser mal pensados, que la presente entrada tiene un contenido estrictamente gastronómico y del único pecado capital del cual pueden acusarme es de gula. No he podido resistirme, la última semana que finaliza ha estado llena de citas gastronómicas en las que me he aventurado a conocer nuevos y "pecaminosos" lugares. La moda de los gastrobares está en su momento más álgido en la ciudad hispalense, y a las pobres pecadoras como yo, no nos queda otro remedio que caer una y otra vez en este oscuro vicio, como las impías almas de la pintura de cabecera.

Pero basta ya de entonar mea culpas, no nos olvidemos del espíritu epicúreo que iluminaba nuestras vidas hace ya meses, dónde quedó aquello de compartir con los amigos las buenas experiencias vividas, la práctica de los  placeres moderados que no dañan al prójimo, y el deleite de la charla compartiendo el gozo de una buena comida. Dejémonos pues de contemplaciones y vayamos a la faena, os dejo aquí tres recomendaciones que tanto si vivís en la ciudad o alrededores, como si estáis de paso, os pueden servir de terna para escoger un lugar agradable para comer a buen precio, con imaginación y buena materia prima.

Lista de vinos en Dúo Tapas
El primero de los lugares que me aventuré a conocer fue el Dúo Tapas (C/ Calatrava, 19 - Barrio Alameda). Abierto desde el mes de junio, su cocina está formada por un equipo de personas jóvenes y de diferentes nacionalidades, lo cual le da ese toque ecléctico y fresco que tiene. El local es luminoso y agradable y uno de sus fuertes, es su excelente selección de vinos, tanto por copas como por botellas. Hice un descubrimiento de un vino de Toro que no conocía, Matsu (que significa "esperar" en japonés), una maravillosa aventura enológica entre dos amigos, uno de ellos ingeniero de montes y caminos, y el otro, un reputado enólogo gran conocedor de la tierra de Toro y sus viñedos. Su originalidad, aparte de practicar la viticultura biodinámica, consiste en haber creado una trilogía de vinos, `El Pícaro’, ‘El Recio’ y ‘El Viejo’ , que representan tres generaciones de viticultores, cada uno con una relación con la tierra propia de su edad y de su etapa vital. La personalidad de cada uno encarna las características del vino al que da nombre. ¿No os parece una idea original y maravillosa?



En este bar de tapas podréis comer la práctica totalidad de los platos del menú, tanto por tapas como por raciones. Yo quedé especialmente encantada con el sabor de los huevos escalfados con morcilla, salsa de trufa y boletus. Tenían un sabor realmente exquisito.


En Dúo Tapas: a la dcha. huevos escalfados con morcilla de arroz, crema de trufa y boletus. 
A la izqda. tataki de atún con verduras y lecho de guacamole.


 Mousse de yogur con helado en Dúo Tapas

El segundo de los lugares visitados durante la semana fue el nuevo Restaurante Albarama, situado en pleno centro de la ciudad, en la Plaza de San Francisco, justo enfrente del Ayuntamiento, funciona como restaurante y bar de tapas a la vez, teniendo diferentes espacios para una y otra cosa. Su dueño cuenta con la experiencia de tener justo al lado otro establecimiento, Pura Cepa, más cercano a la tipología de una tienda gourmet-degustación donde se sirven platos mayormente fríos, y que se complementa estupendamente con la cocina más elaborada de Albarama, contando también con una fantástica selección de caldos. Fui un jueves noche a cenar por tapas y francamente mereció la pena. Os recomiendo el envuelto de calamares cortados en tiras finas con espárragos y salsa tártara, así como la col rellena de picada de ibérico con salsa de mostaza antigua.

En Albarama: arriba,  envuelto de calamares y espárragos con salsa tártara. 
Abajo, carpaccio de salmón y queso manchego con puré de garbanzos dulce



Envuelto de col con picada de ibérico
 y salsa de mostaza antigua en Albarama


Y ya para finalizar, el tercero de los lugares catados, El Arenero (Pasaje de Vila, 6 - Barrio de Santa Cruz), que además es el más joven, pues lleva apenas un mes en funcionamiento. Curioso nombre que el dueño y cocinero ha puesto al local en homenaje a su abuelo, que fue arenero en el Guadalquivir, trabajando en el drenaje del río. Hermosa historia que queda reflejada en la carta, donde aparece una estupenda selección de tapas y raciones. Este gastrobar posee un patio forrado en madera muy agradable en la parte de atrás. Uno de mis platos favoritos, el ceviche, es bordado aquí con una espuma de lima por encima. También es un bocado exquisito, la mini hamburguesa de toro con queso payoyo (¿os acordáis de la entrada sobre este queso en el blog?) y pan de tomate.

En El Arenero, ceviche con espuma de lima


Mini hamburguesa de toro con queso payoyo y pan de tomate en El Arenero




Plato de temporada: revuelto de tanas (amanita cesarea)
con jamón ibérico en El Arenero.

Como han sido varios los lugares que os he mostrado, me he limitado a seleccionar algunos de los platos que más me gustaron. Su objetivo es tentar vuestros estómagos y que os aventuréis a pecar con el resto por vosotros mismos. No, os lo prometo, no soy el mismo demonio.


The Rolling Stones - Simpathy for the devil

"Simpathy for the devil" es una canción de The Rolling Stones que apareció en 1968 en el álbum de la banda "Beggars banquet". Fue escrita por Mick Jagger y Keith Richards. La revista Rolling Stone la colocó en el puesto 32º en su lista de las 500 mejores canciones de todos los tiempos.

La azotea



Azoteas del Sur, lugar de encuentro y tertulia de vecinas que pinzan en sus tendederos blusas y camisas, cuyas mangas el caprichoso viento enreda, ajeno a la existencia o no de amor entre sus dueños. Baile de sábanas blancas y radiantes, que se asemejan a velas de desafiantes barcos que se aproximan entre el mar de antenas interminable.

Azoteas del Sur, refugios encalados de calurosas noches de verano donde ver las estrellas y tal vez, con suerte, alguna fugaz y efímera, como la vida misma.

Azoteas del Sur, a veces cementerios de cachivaches sin nombre, jaulas de animales y muebles rotos o viejos donde el sol reina con justicia.

Azoteas del Sur, lugar misterioso y secreto de juegos de mi infancia.




Esta entrada va de azoteas de cabo a rabo. No, no me he vuelto mal de la azotea, es que hay días en que una se levanta monotemática y algo obsesiva, tal vez melancólica, por eso las líneas que escribí al inicio. Así que aquí va mi primer regalo, un hermoso cuento de un maravilloso cuentista, el peruano Juan Ramón Ribeyro, quizás poco conocido en nuestro país, por oposición a su compatriota Mario Vargas Llosa, con el que tuvo algún que otro encontronazo y, dicen, no precisamente por culpa de Ribeyro... De su pluma, desde un frío Berlín en el que buscó fortuna en los años 50, salió el cuento  "Por las Azoteas", al que accederéis al pinchar en el título. Espero, queridos amigos,  que lo disfrutéis.

Mi segundo regalo es una recomendación gastronómica, de altura, por supuesto, y no podía llamarse de otra manera que no fuera "La  Azotea". Ella, californiana, amante de los buenos caldos, imprime en el restaurante su carácter anglosajón, buen gusto y su sonrisa risueña. Él, procede de esta región llena de azoteas y es un artista en los fogones. Juntos, en la vida real y en los negocios, han creado un espacio propio para compartir, acogedor y con una cocina exquisita en el centro de Sevilla. Os lo recomiendo de veras. No es fácil pillar mesa en este pequeño e íntimo restaurante, sus limitadas 6 mesas y su merecida fama en alza, a pesar de su juventud, hacen que haya que reservar con más de una semana de antelación. Aunque puede ser que no os importe picar algo en la barra y esperar. Todo está para chuparse los dedos y podéis optar tanto por las tapas, como por las raciones o platos. Cocina de mercado imaginativa y variable, según la temporada, y servicio amable y exquisito. Aquí os dejo una pequeña muestra de los deliciosos manjares que probé hace unos días, ya sabéis, una imagen vale más que mil palabras.

Se me olvidaba, la selección de vinos es magnifica, volví a repetir con un tinto de las Bodegas Bai Gorri, vino que desde que lo probé me tiene conquistada. Además, justo enfrente del restaurante, cuya dirección os indicaré más abajo, han instalado una pequeña tienda gourmet, "La Azotea, Vinos & Más", donde degustar y comprar su buena selección de vinos, quesos, patés y alguna que otra ambrosía. Se lo han montado tan bien, que puedes comenzar allí la tarde tomando unos vinos con algo para picar y luego cruzarte con tu copa al restaurante a continuar la velada, como hicimos nosotros. Y ya, sin más dilación...




Foie a la plancha con mango y café sobre pan de jengibre dulce


Sashimi de vieras con crudités de verduras
en vinagreta de mostaza


Brocheta de tataki de atún con crema de remolacha


Solomillo a la mostaza de piñones y albahaca


La Azotea
C/ Jesús del Gran Poder, 31 (Sevilla)
(tienda gourmet en el nº 44)
Tfno: + 34 955  116 748
Almuerzos: 13:30 - 16:30 - Cenas: desde 21:00
Cierran lunes y domingo


The Flaming Lips - Sleeping on the roof

The Flaming Lips es una banda norteamericana de rock alternativo de culto, fundada en 1983. Sus directos son puro espectáculo, héroes de cómic, proyecciones de video, globos gigantes, serpentinas que vuelan entre las cabezas del público. Además, sus letras son todo un ejercicio surrealista así como sus títulos. Ahí quedará por siempre,  para disfrute de todos, su maravilloso álbum "Yoshimi Battles the Pink Robots (2002) dedicado a Yoshimi, una  fan japonesa que murió de leucemia. El tema instrumental de la entrada pertenece a su trabajo "The Soft Bulletin" (1999).
 
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