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El bric-à-brac sevillano


Siempre me ha gustado la palabra francesa bric-à-brac. En el sentido literal del término quiere decir "batiburrillo", pero la mejor forma de expresar su significado en castellano es quizás "baratillo", lo que aquí solemos señalar como mercado de objetos de coleccionista a precio de ganga, donde podemos encontrarnos todo tipo de cachivaches y curiosidades: monedas, postales, vajillas, libros y revistas viejas, cuadros, fotografías y postales antiguas, juguetes y ropa vintage y un largo etcétera. 




Un ejemplo de bric-à-brac a lo grande en nuestras fronteras es el Mercado del Rastro en Madrid, y aunque en otras lindes, pero muy cercanas, la Feira da Ladra de Lisboa, ambos los he visitado y son desde luego todo un espectáculo. Me hace gracia el nombre con el que los lisboetas han llamado a ese inmenso mercado que acontece los domingos en su ciudad en el Campo de Santa Clara, pues en realidad quiere decir "Feria de lo robado o de los ladrones", declarando sin tapujos la procedencia de muchos de los objetos que solemos encontrarnos en estos curiosos mercadillos...




En Sevilla también tenemos un bric-à-brac autóctono, más pequeño y pizpireto, aunque tiene un hermano mayor que se celebra los domingos pero sin tanto encanto, y que acontece los jueves en el casco histórico, en una de sus calles y barrios más conocidos, la calle Feria sita en el barrio de la Macarena. Popularmente es llamado "El Jueves", por razones obvias, pero resulta que es el mercadillo más antiguo de la ciudad, de tiempos de Fernando III El Santo. Hablamos del siglo XIII de nuestra era cristiana amigos, así que calculen la friolera de años que posee, tanto es así que ha dado nombre a la calle donde se celebra. Esto último lo vemos claro en el idioma portugués, que usa el vocablo utilizado en el castellano antiguo, "Feria", para hacer referencia al mercado. La cosa va hoy de palabras.



Dicho lo cual hay que tener un jueves laborable libre, en festivo será difícil ver puestos, para poder disfrutar de él sin prisas y observando toda la curiosa cacharrería que encontraremos. Así lo hice en la recta final de mis vacaciones, me gusta dejar unos días libres en mi ciudad al final de éstas, para hacer esas cosas que el trabajo diario nunca te permite. Y ojo, muy importante, no desestimemos la mercancía que podamos encontrarnos, hace más de 20 años alguien compró un cuadro pequeño que resultó ser un original nada más y nada menos que de Francisco de Goya... Los hay con suerte.

A todos los foráneos os recomiendo sin duda en vuestra visita a la ciudad pasaros por El Jueves, ya no solo por lo que allí se vende, sino también por la galería de personajes dignos de un programa de Jesús Quintero que os podéis encontrar, realmente curioso, siempre he pensado que el periodista debe de venir por lugares como éste para reclutarlos.




¿Y qué mejor complemento a una mañana de mercado que tomarse unos buenos calentitos?  A los de fuera de Sevilla os sonará raro el vocablo, pero no son otra cosa que los famosos churros. Me encanta este nombre y también el que reciben en la Córdoba de mis orígenes, donde son llamados jeringos y se ensartan en forma de rosca en un junco verde atado. 


Jeringos cordobeses 
ensartados en juncos

Me gusta que a una distancia de poco más de 140 kilómetros los usos y las formas en ciertas cosas sean tan diferentes, aunque sea para denominar a una sencilla porción de masa frita, pero me da la tranquilidad/sensación que aún no nos hemos perdido del todo. Mi lugar preferido para tomarlos en Sevilla, muy de higos a brevas eso sí, es la Calentería de Santa María La Blanca, en el barrio de Sta. Cruz. Lo mejor de todo es que puedes comprar los churros/calentitos/jeringos y tomarlos en cualquiera de los muchos bares de la zona. 

Y después de esta serie de palabras, cachivaches y oleosos desayunos, me despido hasta la próxima. 

El mercado del Capo de Palermo


Para hacer redonda la visita a toda ciudad hay que acercarse a sus mercados. Independientemente de que seas o no un sibarita gastronómico, en ellos es donde el pulso de la urbe suele ser más palpable que en ningún otro lugar: vendedores que cantan con gracia su mercancía; coloridos puestos de fruta y verdura que nos permiten comparar precios y usos con los de nuestros mercados; lugareños que van a comprar los ingredientes de su despensa y charlan con su pescadero de toda la vida mientras tú intentas captar algo de la conversación; puestos de rica comida callejera... Una explosión de olores, colores y sentidos que toda persona disfrutona de la vida aprovechará sin duda intensamente.

Al llegar a la ciudad de Palermo las guías anunciaban varios mercados locales, uno de ellos y el más conocido, es el de La Vucciriael mayor y más frecuentado por los turistas. Pero el instinto nos hizo fijarnos en un mercado de barrio, el denominado "mercado del pueblo", cuyo apodo es más que merecido. Se trata del Mercado del Capo, existente desde la dominación árabe de la ciudad, de ahí que conserve el intrincado y laberíntico aspecto de un zoco. Desarrollado en un cruce de calles que tiene como eje principal la Vía Porta Carini y la Vía Beati Paoli, el paseo por ellas fue uno de mis días más divertidos en la ciudad de Palermo, mirando, tocando, oliendo, comiendo... gozando al fin y al cabo.


En el sentido de las aguas del reloj: 1. cucuzza  2. berenjenas sicilianas
3. tomates variedad casalino
 4flores de calabacín (un manjar rebozadas y  fritas)


Mis ojos iban y venían continuamente entre tanta variedad de productos: verduras y frutas, pescado y carne fresca, frutos secos, aliños de aceitunas y verduras. Lo que más me llamó la atención fueron la variedad de calabacines, calabazas y berenjenas que nunca antes había visto: como la curiosa cucuzza, que pensaba que era un calabacín "crecidito", pero se trata de una calabaza de verano típica de Sicilia; o la bonita y coqueta berenjena siciliana, de forma redonda y color mucho más claro que la que encontramos por aquí, y me imagino el secreto de esas caponatas sicilianas tan ricas (por cierto, la que comí en un sencillo puesto de este mercado fue la mejor de todo el viaje). Mi madre al ver las fotos dice que recuerda en su niñez que ese tipo de berenjenas las cultivaba mi abuelo, pena que estas cosas se pierdan. Una curiosidad, los tomates variedad casalino también se llaman "tomates spagnoletta". 






Me sorprendió también la cantidad de especias simples y compuestas para preparar pasta de todo tipo, los preparados llevaban el nombre de la receta resultante. Una de mis adquisiciones fue una gran bolsa de tomates secos que al llegar a casa confité en aceite con especias y que tienen un montón de usos: ensaladas, pastas, masas...



Mis tomates en aceite

Y después de tanto mirar y tanto salivar, quién puede resistirse a no adentrarse en un puesto de comida callejera, sentarse a contemplar a las gentes que pasaban, en su mayoría lugareños, y llenar el estómago con ricos tentempiés, como los arancini, que he comido sin parar en Sicilia. Este bocado callejero en forma de bola de arroz  frita rellena de varios ingredientes (los más ricos los de ragú), está presente por toda la isla. Otra comida callejera típica, le panelle, algo tan sencillo como una masa frita de harina de garbanzos con hierbas aromáticas. Y qué decir de los helados... el pistacho, la almendra y los higos son los frutos sicilianos más abundantes, imaginaros las combinaciones dulces hechas con ellos. 

Y ya para concluir, amigos, solo espero que leáis este post ya comidos, por pura compasión...

 En el sentido de las aguas del reloj: 1. panelle con hierbas aromáticas  
2. arancini 3. helado casero de pistacho 4caponata


Mercadeando


Los mercados o plazas de abastos de las ciudades y los pueblos son espacios en los que respira un aire especial, en ellos el tiempo parece haberse detenido, los comerciantes saludan aún por su nombre a sus clientes, nadie parece tener prisa ni compra sin ton ni son sin mirar, oler y tocar antes la mercancía y charlar un rato con el frutero o el carnicero. Además, el  olor de las frutas, las carnes, el pan caliente y los pescados frescos al unísono, me evocan un tiempo en el que estando de vacaciones en el pueblo, acudía de la mano de mi abuela a comprar a la plaza.

Vidriera del Mercado del Arenal

Aprovechando que el sábado pasado hizo un tiempo maravilloso, no encontré mejor forma de disfrutarlo que visitando algunos de los mercados populares de Sevilla. En primer lugar me dirigí al Mercado del Arenal,  situado en la calle Pastor y Landero en el barrio del mismo nombre. El edificio es obra de Juan Talavera y Heredia  (1947) y se construyó en el solar de la antigua Cárcel del Pópulo.  Acudí bien temprano para desayunar en uno de los puestos más originales, el número 32, el de la Pastelería Artesana Veganitessen donde ofrecen zumos, infusiones y bebidas  vegetales, sin huevos, ni lácteos ni productos de origen animal. Sanote 100%. Además de eso tienen unos precios muy buenos, pues una buena porción de tarta, dulce o salada,  la podemos catar por tan solo 1,50 €. Allí me tomé un riquísimo zumo recién hecho de peras y fresas acompañado de una tartaleta de higos frescos.


Luego seguí curioseando por el resto de puestos de carnes, frutas y pescados y me gustó muchísimo uno dedicado a la espartería, donde le eché un ojo a unas cestas preciosas como las que utilizaba mi abuela para ir a la compra, pero en mi caso la utilizaré para ir a la playa.


De allí encaminamos nuestros pasos hacía el otro lado del río, hacia el Mercado de Triana. Comenzó siendo un arrabal en las inmediaciones de los muelles donde los pescadores y vendedores del barrio se instalaban para vender sus mercancías,  y fue en 1830 cuando  se decidió crear oficialmente el mercado formado por pequeñas cuarteladas al aire libre. Lo curioso del emplazamiento es que en ese solar se ubicaba el Castillo de San Jorge, sede de la Inquisición durante tres siglos (omito lo de Santa adrede), concretamente desde 1481 hasta 1785, y desde hace pocos meses podemos visitar bajo la forma de museo sus restos arqueológicos, que han permanecido ocultos bajo los puestos del mercado por muchos años. Ahora pretende ser un espacio para la reflexión sobre nuestro pasado, los juicios de valores y el abuso de poder, enfermedades de las que aún no nos hemos librado.

Frutería del Mercado de Triana

La construcción del castillo de San Jorge se realizó sobre un cementerio almohade tras la reconquista de la ciudad por parte de Fernando III,  entregándose a los Caballeros de la Orden de San Jorge de quienes toma su nombre. Era un recinto amplio de cárceles secretas y en la parte baja  estaba la cámara de tortura, hasta allí llegaban las riadas del Guadalquivir, convirtiéndolo en un lugar húmedo e insalubre. Resulta sobrecogedor pasear por los bajos del Mercado y descubrir ese mundo oculto donde miles de personas durante siglos sufrió tortura y murió, muchos de ellos tras una simple denuncia de un vecino o un conocido por pura envidia o celos.

Vista nocturna del Museo Castillo de San Jorge, junto al Puente de Triana

Mirador al río desde el interior de las ruinas del castillo


Antiguas cuadras de la sede de la Inquisición


Maqueta del castillo de San Jorge

Después de recibir el zarpazo de la historia, hacía falta oxigenarse un poco y salir a pasear a la luz del sol por el popular Barrio de Triana,  uno de los más alegres de la ciudad. Llegada la hora del almuerzo,  elegimos un establecimiento de cocina de mercado que tenía en mi lista de pendientes desde hace tiempo, El Marino (C/ Peñaflor, 5 - Triana), un peculiar y diminuto bar-restaurante donde llega el marisco y el pescado fresco a diario (Nota JUNIO 2013 Lamentamos informar que El Marino ya no está abierto al público). El cocinero Abraham García ha dicho de este lugar:

"Tan minúsculo como los chanquetes de su dorada fritura, y si no enrollara la pescadilla
 la cola irrumpiría en la acera, a merced de los gatos sin dueño.
Fomenta el Albariño y está especializado en besos de Mahoma
(Salman Rushdie nunca tapeó allí)".

Nos encantó su sabrosa cocina y elegimos  unas zamburiñas a la plancha, unas coquinas al ajillo y pastel de salmón y espinacas, todo esto acompañado de un aliño de tomates y caballa, una botella de  Cyatho DO Rueda y los postres. Mis amigos de otras latitudes se quedaran de piedra cuando diga que todo esto salió por 20€/persona.  Como sobremesa tienen además los auténticos piononos de Santa Fé,  que es uno de mis dulces preferidos y estos sí que son santos de verdad. En mi opinión son unos de los bocados más exquisitos de la  repostería tradicional andaluza.


Zamburiñas a la plancha


Pastel de espinacas y salmón


Piononos de Santa Fé

Tras concluir esta ruta de mercaderes lo único que podía redondear el día era una buena siesta,  no sin antes escuchar un poco de buena música.


Broken Social Scene - Market Fresh

Broken Social Scene es un colectivo canadiense de rock independiente formado en 1999 en Toronto. ‘’Feel Good Lost’’ en el 2001 fue su álbum de debut, mucho más instrumental y atmosférico que los sucesivos. Actualmente son una gran banda, todo un espectáculo en directo que pude ver en el 2005 en Barcelona,  con más de 10 integrantes y con su especial sonido de violines y violas mezclados con rockeras guitarras. El tema del post pertenece a su trabajo “Bee Hives”(2004).

UN DIA SOLEADO EN EL BROADWAY MARKET


Mañana de sábado, estás en Londres e increíblemente ha salido el sol y no quieres sucumbir al bullicioso centro lleno de turistas y de tiendas-franquicias, presentes ya en casi todos los puntos del planeta. Entonces te preguntas qué hacer, quieres disfrutar del día soleado y de las gentes de la ciudad, pero alejado de aglomeraciones. Pues en ese caso, yo te sugiero que te vayas a un mercadete alternativo, al aire libre, fuera del centro, en la zona del Norte por ejemplo, la más trendy de Londres. Te recomiendo que vayas a disfrutar del día al Broadway Market.



El mercado está en Hackney Bellow y funciona sólo los sábado de 9 a 17 horas. Al parecer casi llega a desaparecer en los años 80, pero las agrupaciones de vecinos de la zona lo han relanzado con brío y hoy por hoy parece más activo que nunca.

Me gustó muchísimo visitarlo en las semanas previas a la pasada Navidad (sí creerme, hacía solecito), la calle estaba llena de puestos con galletas y pasteles que olían a canela y jengibre dispuestos a endulzar las celebraciones, puestos de queseros franceses e italianos, también muchos granjeros locales con productos frescos y orgánicos (embutidos, mermeladas caseras, frutas y verduras) y comidas listas para tomar de varios países del mundo. Hasta un grupo que cantaban canciones bien cargaditas de espíritu navideño y mucha guasa (que grabé como pude con mi móvil :-) y que os cuelgo aquí).

El ambiente era tranquilo, sin aglomeraciones, con mucho autóctono y escaso turisteo, muy auténtico. Además el entorno de la calle donde se desarrolla el mercado, está lleno de restaurantes, pubs y tiendas muy interesantes. Había ropa y artesanía muy original y tiendas de discos y libros de ocasión donde se pueden encontrar rarezas. Ya me contaréis.

http://broadwaymarket.co.uk/





Low - Broadway (so many people)

Low es un grupo de indie rock estadounidense formado en 1994 y todo un referente de la escena independiente. Uno de mis grupos de cabecera, maestros de la contención, capaces de despertar las emociones más intensas y la belleza más desoladora con los elementos más mínimos. El matrimonio formado por Mimi Parker (percusiones y voz) y Alan Sparhawk (guitarra y voz),  ha sido siempre el alma de una banda capaz de combinar delicadeza y distorsión. La canción que os presento hoy es una de mis preferidas, perteneciente a su maravilloso álbum “The Great Destroyer”(2005).

UN PASEO GASTRONÓMICO POR EL BOROUGH MARKET



Londres es famoso entre otras cosas por la variedad de mercados que posee, pero en este apunte nos vamos a centrar en uno de los mercados de alimentos más antiguos de la ciudad, el Borough Market y sin duda uno de mis preferidos.



Situado en la orilla sur del Támesis, en el barrio de Southwark junto al London Bridge, parece ser que funciona como mercado cerrado desde hace más de 250 años, pero ya antes de los romanos , en esta zona se vendían fruta y verdura fresca. Hoy es sin duda uno de los centros de venta de alimentos de más prestigio de la ciudad, con una estupenda oferta de delicatessen de una gran variedad de países, donde acuden los mejores chefs de la ciudad a realizar sus compras (el famoso y televisivo Jamie Oliver), y en cuyos alrededores ha crecido una zona de restauración y shopping muy interesante. También tiene un buen surtido de puestos con productos orgánicos, algo que ya es más que una moda en UK.




Podréis encontrar productos típicos ingleses, como el exquisito queso Stilton (primo hermano del Cabrales y el Roquefort) o los dulcísimos fudges (caramelos de azúcar y mantequilla), fruta y verdura fresca, exquisitos panes, carne y pescado fresco (aquí podemos encontrar las ostras Colchester), comida preparada y un largo etcétera de productos de todos los confines del mundo para el deleite de los paladares más exquisitos, además todo con una cuidada presentación.



Una curiosidad: aquí encontrareis las sevillanas y artesanas tortas de aceite de Inés Rosales, un producto por el que los británicos se están volviendo locos, por considerarlo un dulce muy sano, sobre todo por el aceite de oliva que se utiliza en su elaboración (no es raro encontrarlas en Londres en tiendas de delicatessen).


Para los expatriados: en la zona se encuentra uno de los mejores restaurantes españoles de la ciudad, el Brindisa (también tienda de productos). No es barato, pero si la melancolía al jamón de pata negra aprieta...

No perderse: Neal’s Yard Dairy (una de las mejores queserías de UK), Wright Bros(pescadería&marisquería delicatessen), The Fresh Olive Company (aceitunas de mil maneras y te las dejan probar todas antes de comprar), Burnt Sugar (los riquísimos fudges artesanales que se deshacen en la boca, de sabores tradicionales y más raros), Restaurante-tienda Brindisa (buena comida y vinos españoles), Flour Power City (panes y dulces).


Horario: Jueves (11:00-17:00); Viernes (12:00-18:00); Sábado (9:00-16:00)

www.boroughmarket.org.uk/
www.nealsyarddairy.co.uk/
www.flourpowercity.com/
www.brindisa.com/
www.wrightbros.eu.com/


Broken Social Scene - Market Fresh

Broken Social Scene es es un colectivo canadiense de rock independiente formado en 1999 en Toronto. ‘’Feel Good Lost’’ en el 2001 fue su álbum de debut, mucho más instrumental y atmosférico que los sucesivos. Actualmente son una gran banda, todo un espectáculo en directo con más de 10 integrantes y con su especial sonido de violines y violas mezclados con rockeras guitarras. El tema del post pertenece a su trabajo “Bee Hives”(2004).
 
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