La fábula sobre la avaricia



Con el sugerente escenario de un otoñal atardecer en el Monasterio de Sta. María de las Cuevas, sede del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, hoy vengo a contaros una original fábula sobre la avaricia (Schraapzucht), teatralizada a través de una compleja e inquietante maquinaria de ruedas y poleas que parecía haber salido de la ingeniosa mente de Leonardo da Vinci. Recuerdo que mi profesor de arte nos contaba que Leonardo era demandado por la nobleza de su época, para que en sus fiestas montara sus alucinantes ingenios que dejaban a todos con la boca abierta. No pude evitar acordarme de esto al sentarme frente a este extraño e hipnótico mecanismo creado por la compañía holandesa Theater Tuig, y expuesto hace pocos días en el FeSt, el Festival Escénico Contemporáneo de Sevilla, que durante diez  intensas jornadas nos ha dado la posibilidad de disfrutar de compañías teatrales de distintos puntos del planeta.




Al aire libre, justo al caer la tarde, con la hierba bajo nuestros pies y ante un público privilegiado de poco más de 100 personas, durante 45 minutos asistimos asombrados a una extraña escenificación en lo que parecía un ¿barco?, ¿un molino?. A simple vista, como podéis ver en la primera imagen, una estructura de madera estática al inicio, de la cual colgaban tres sacos de tela, como inmóviles gusanos de seda esperando a convertirse en mariposas. Conteníamos la respiración, pues no sabíamos lo que iba a suceder a continuación.... La noche se iba adueñando de los jardines de la Cartuja.



Lo que sucedió acto seguido es que todo empezó a tomar vida, de los tres sacos de tela salieron tres personas, como autómatas con un solo cometido, activar la compleja maquina. Las cuerdas y poleas que hacían contrapeso comenzaron por inercia a mover la gran rueda. Y de pronto apareció él, la víctima ingenua y perfecta para sucumbir al deseo de poseer todo aquello que ante sus ojos se desplegaba, atraído como un oso a un colmena llena de rica y dulce miel. Como por arte de magia,  en la planta de abajo,  empezó a crearse un hogar, con todos sus muebles y enseres, no faltaba un detalle: ventanas, estanterías,  libros, mesas, sillas, cocina, y hasta una chimenea con un acogedor fuego, todo por acción de las rueda que giraba y giraba sin parar.

Pero he aquí lo complicado, cómo mantener la armonía entre la posesión, los deseos satisfechos ingenuamente al principio, y no traspasar la frontera de la avaricia y la codicia; el riesgo de sentirnos poderosos y superiores sólo por el mero hecho de poseer cosas materiales... Difícil y complicado equilibrio que puede romperse en cualquier momento y así lo pudimos comprobar allí mismo.




Surgen muchas reflexiones tras los aplausos. ¿Alguien en la sombra, invisible, mueve nuestras vidas?,  ¿somos meras marionetas?, ¿es tan complicado mantener ese soñado equilibrio?, ¿llegamos a sacrificarlo todo por lo material y a perder nuestra ingenuidad inicial?. Os dejo con algunos segundos del espectáculo que grabé, justo cuando el fuego que parecía eterno se apaga y comienza el declive...




Theater Tuig está integrado por un grupo de jóvenes artistas holandeses de diferentes disciplinas. Sus espectáculos son una combinación de teatro, música e imagen donde el diseño de los espacios escénicos juega un papel fundamental. Construyen su propia escenografía, máquinas y objetos de gran tamaño que son los que marcan el ritmo de sus representaciones.


Ryan Adams - Desire

16 delikados susurros:

Ayúdame cerebro dijo...

Ayyyyy adorada Archiduquesa, profundas reflexiones para un Viernes. En cuanto a las sombras que gobiernan nuestras vidas, hay un libro precioso de Murakami que lo explica "divinamente"...en el despiadado país de las maravillas...esas sombras mueren...es un mundo "perfecto" sin sombras... ni egos...pero no es el alma humana imperfecta? no son nuestras sombras y nuestros egos parte de nuestra imperfecta naturaleza? No es la vida una espiral que hay que subir aunque nos resbalemos??? Y para eso necesitamos a nuestros oscuros compañeros de viaje.
Introspectiva. Divina Pagana

Delikat Essences dijo...

Esa lectura de Murakami me llama a gritos, pero antes he de liquidar unos cuantos volúmenes que pueblan mi mesita de noche.

El ego y nuestra naturaleza, alucinante tema. Y sí hay que subir la espiral y resbalarse, caer y volver a levantarse. Dicen que nunca te recordarán por las veces que caíste sino por las que te levantaste. Un abrazo.

Sorokin dijo...

Muy interesante, Madame, aunque me quedan algunas dudas. Por ejemplo ¿qué pasa con los tres capullos una vez que se acaba el fuego? ¿vuelven a sus saquitos? ¿se cae todo el tinglao? ¿cuánto dura todo el proceso desde la abertura de los capullos hasta que el fuego se extingue? ¿hay música mientras tanto?

Jugoso y metafísico diálogo -por otro lado- el que se han marcado entre su merced y la divinidad pagana. Chapeau.

Respetuosas reverencias y salamaleks a las dos, mesdames.

Delikat Essences dijo...

Voy por partes Monsieur: los capullos, los que a mi me parecían que se asemejaban a los de seda, no se me interprete mal... pues vuelven a su fase inicial, a la espera de una nueva víctima que sucumba a la posibilidad de poseer, al menos eso es lo que se interpreta. El tinglado queda ahí de nuevo, estático, de una manera requetesimbólica. El proceso, como he referido en el pooooosst... ejem... :-) pues 45 minutos.. Y sí sí música todo el tiempo muy en consonancia con los momentos que se van viviendo, pero no le quiero destripar todo el espectáculo ¿y si tiene ocasión de verlo?. Si ha escuchado la musiquita feliz del pedacito de vídeo podrá más o menos hacerse una idea de cómo iba la cosa, además que justo se corta la música cuando se apaga el fuego.

Finalmente, gracias Monsieur por su curiosidad que sacó más juguillo al post, que tenga muy buen fin de semana.

Apiciu dijo...

Que exposición tan bella de la representación.
El ultimo párrafo es para meditar y pensar profundamente. Siempre he pensado que somos marionetas y que son muy poquitos los que mueven los hilos en el mundo.
Espero verla por el 2º concurso internacional de gastronomía, que he organizado.
Saludos

Delikat Essences dijo...

Muchas gracias Apicius, por sus comentarios y por su invitación, aunque creo que me quedaré en la grada disfrutando de los suculentos platos que todos haréis :-) Un abrazo

Claudia Hernández dijo...

Querida Delikat, ando más que liada este mes, pero qué gusto leerte, qué suerte haberlos visto. Me parece precioso lo de los mecanismos que crean fantasías. Lo de la reflexión acerca de la avaricia y lo material, creo que siempre es bueno, como humanos, estar atentos a nuestra humanidad.
Saludos

Delikat Essences dijo...

Un abrazo Claudia, me ha gustado mucho eso de que tenemos que estar atentos a nuestra humanidad. Que noviembre te deje algún tiempo libre para escribirnos nuevos descubrimientos.

Cris dijo...

El sitio para celebrar cualquier obra teatral o espectáculo de otro tipo me parece maravilloso, vaya foto la primera tan bonita.

Muy bueno el contenido y sentido de la obra, me he metido en la web de la compañía y pone que su última representación fue en Sevilla y que han hecho gira por toda Europa. Después de leerlos aquí ya no se me olvida su nombre, si cualquier día los veo en cartel. Abrazos.

Viena dijo...

Hace unos días, nuestro amigo Monsieur Sorokin nos hacía partícipes de su mágico encuentro con literatos y filósofos en la noche de los muertos y hoy Madame Delikat, señora mía, parece usted invitarnos a una nueva reunión variopinta entre Stroheim y Norris, Moliere o hasta el mismísimo Da Vinci y todos ellos en este barco de vapor, que es a lo que a mi me recuerda el artilugio, que en hermosa noche atraviesa el Misisipi transformado por magia en los jardines de la Cartuja.
Interesante obra, que más parece una experiencia que has relatado divinamente.
La avaricia era tratada o perseguida en la antigüedad mucho más que ahora, entonces se consideraba un vicio feo, un pecado, pero en la actualidad, es el medio del capitalismo: ¿Quien iba a tirar la primera piedra? Ya no podemos hablar de desviación, sino de algo tan extendido, que acaba siendo aceptado como norma de vida.
Muy interesantes las reflexiones que nos traes y desde luego, como siempre, estas experiencias que compartes amablemente con nosotros.
Un beso, muy grande pero sin ánimo avaricioso.

Delikat Essences dijo...

Es verdad Viena, a mí también me parecía uno de esos barcos que cruzaban el Mississippi. No es que los haya visto en vivo y en directo, pero me tragué muchos capítulos de los dibujos animados de Tom Sawyer y eso también vale :-)

Bromas aparte, es un gran gusto traeros estas cosas por aquí, para que le echéis el ojo y las disfrutéis también algún día (esta gente también pasó por el festival de teatro de Valencia antes que por Sevilla), además que así le saco mucho más jugo con vuestras aportaciones.

Un abrazo, estoy imbuida 100% en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, y me queda un semana por delante. A ver si algunos títulos pasan luego por aquí para compartirlos. Hasta pronto Viena.

Delikat Essences dijo...

Cris la Cartuja se aprovecha la verdad muchísimo, y mira en contra de lo que otros sectores puedan opinar de deterioro del patrimonio, yo creo que precisamente sus múltiples usos (escenario de conciertos en el Nocturama, teatro con el Fest, Unia, sede del CAAC, etc...) es lo que le hace estar vivo y mantenerse.

Abrazos

manosalbas dijo...

Trabajé antes de que se inaugurara la Expo´92 con los arqueólogos y arquitectos, en el estudio y valoración del estado Monasterio. Siempre me pareció un sitio telúrico y más antes de su completa restauración. Tardes enteras solitarias rodeados de libros y vales de comida tirados por los despachos. Moldes de escayola almacenados en los sótanos. Calcas originales descansando en cajones enormes rebosantes de polvo. Una experiencia única trabajar al atardecer sin luz, grabando en video para tener constancia del estado de la fábrica y lo que le rodeaba…A mi siempre me ha parecido, con el debido respeto a todas las opiniones que el espacio de la Cartuja ha permanecido vivo siempre, incluso cuando era un lugar abandonado rodeado de cohombros y ortigas.

Delikat Essences dijo...

Manosalbas es muy interesante lo que cuentas, ese momento anterior que tan poca gente conoce. La restauración que se cometió con la Expo'92 considero que fue muy buena, no solo del edificio en sí, sin de todo su entorno, los huertos cartujanos me parecen uno de los lugares más románticos de Sevilla, mágicos; y su conversión más tarde en el CAAC fue todo un acierto. Increíblemente me he encontrado con muchos sevillanos y andaluces que desconocen este lugar tan maravilloso de su ciudad, que jamás lo han visitado ni paseado, una verdadera pena.

Gracias por tu comentario

Mer dijo...

Muy interesante, no te pierdes una, cuando te leo me doy cuenta del poco jugo que le saco a mi existencia. En esta vida hay dos tipos de personas, las que la viven cada día intensamente, donde tú estás, y los que la sobreviven. Yo me estoy preocupando que ya son muchos los años en el segundo grupo y no puedo culpar ni al trabajo ni nada, soy yo. En fin, tú hablando del pecado capital de la avaricia y yo del de la pereza en su forma de desidia. Aunque esa inercia que marca la rueda de la obra, ese dejarse llevar sin más, sin buscar uno su propio camino, algo tiene que ver también. Me salió en comentario existencial. Un abrazo... archiduquesa????

Delikat Essences dijo...

Mer, pues no te quejes tanto y actúa, todos podemos ser, el ser humano en estado puro es todo, otra cosa son nuestros miedos, bloqueos, prejuicios.... y un larguísimo etcétera, pero recuerda, ellos no son tú :-)

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