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Visitando La Mancha


Uno de los lugares de España que tenía pendiente de visitar era La Mancha. Está claro que en mis idas a Madrid y otras ciudades al otro lado de Despeñaperros, había atravesado esta tierra, pero eso no es hacer una visita como dios manda, con sus carreteras comarcales, sus lugares perdidos y paradas donde a uno le plazca para curiosear. Para ser sincera, era la ciudad de Cuenca la que siempre que me planteaba hacer una escapada cercana salía en mis quinielas, pero por una razón u otra, nunca la había podido visitar y tenía que ponerle pronto remedio. Así que cuando surgió la oportunidad, aproveché para disfrutar de otras sensaciones que desde hace tiempo anhelaba y que la mano del destino me las puso en el camino: ver una obra de teatro en los Corrales de Comedias de Almagro, pasear por los humedales de las Tablas de Daimiel, tomarme una buena sopa de galianos con jamón, y tantas otras cosas que, imprescindibles no son, pero hacen la vida más rica y placentera.  Es una zona de España un poco olvidada a la hora de plantearse un viaje y desde aquí la reivindico pues tiene variados y bellos rincones.

La experiencia en Almagro me encantó. Había pasado por allí anteriormente pero sin planificar nada previamente, por lo que todo quedo en un agradable paseo sin ocio y sin pernoctar. Pero en esta ocasión disfruté plenamente de la noche, del teatro y del buen comer de la villa (quién puede resistirse a las famosas berenjenas embuchadas o aliñadas de Almagro). Ver "Los Entremeses" de Cervantes en un lugar con tanto sabor e historia como es el Corral de Comedias de Almagro, conservado desde el siglo XVII prácticamente intacto, es hacer un viaje en el tiempo. Misma sensación que aquella maravillosa noche en el Festival de Teatro de Mérida. 




Al día siguiente, después de un buen desayuno, y con un desplazamiento de poco más de 30 kilómetros, llegamos al Parque Natural de las Tablas de Daimiel. Durante años han estado en peligro de desaparecer, por la falta de lluvia que secó los principales humedales, pero los dioses levantaron finalmente su castigo y tras un ciclo de intensas lluvias, el parque se ha recuperado y está actualmente en todo su esplendor. Me maravilló lo cuidado que está todo. Todas las fotos han salido preciosas, pero aquí solo os puedo dejar una muestra. Realicé dos de los tres itinerarios a pie que se ofrecen, en total unos 7 km. Un recorrido nada cansado, tranquilo, relajado, disfrutando de la frondosa vegetación, las aves y sus diferentes sonidos. El itinerario más bonito y pintoresco es sin duda el de la Isla del Pan, te hace adentrarte en el corazón del parque, atravesando pasarelas de madera que saltan de isla en isla, pasando por un aviario (la llamada "Laguna de Aclimatización") donde puedes observar, con un respetuoso silencio y gran sigilo, un montón de especies de patos, muchos de ellos en peligro de extinción.  





Después de este agradable paseo había que seguir camino a Cuenca. Y hago un inciso aquí para haceros una sincera recomendación: huir de las autovías y de sus restaurantes de carretera sin alma (de abominable comida), restarle unos minutos al viaje para adentraros en la comarca y preguntar a los lugareños por un buen sitio para comer de los de toda la vida. Eso hicimos nosotros y dimos con Casa Antonio en Tomelloso y su rica sopa de galianos con jamón, también llamada gazpacho manchego. Soy una sopera adicta y si conjugamos el binomio caldo calentito y tradición, toco el cielo.  Y así fue.





Y para finalizar, otro rincón de la Mancha adorable en el que recalamos de camino a Cuenca, los molinos de viento de La Mota del Cuervo. No puede haber estampa más típica y fotografiada de esta región que estos gigantes que aterrorizaron al insigne hidalgo, ¿cómo iba a dejarlos atrás si apenas implicaban un pequeño desvío del camino?. Hay otras zonas de molinos de viento similares en La Mancha, pero quizás ésta sea la de mayor concentración y mejor conservación. Bonitos de verdad, tan nuestros, el contraste entre su blanca y encalada fachada con el amarillento suelo y el azul cielo es maravilloso. Otra colección de fotos preciosas que quedaran para el recuerdo. Me gustó pasar por aquí. Una curiosidad, cada molino tiene su nombre:  El Joaquín Piqueras, El Cervantes, El Franz Grillparcer, El Goethe, El Francia, el Irak... Yo no lo sabía. 

Aún hay que llegar a Cuenca... pero voy a dejarlo aquí. Quiero empezar este nuevo año con un giro al blog que aún medito, ha estado en barbecho mucho tiempo, demasiado, casi agoto el primer trimestre del año, el tiempo se escapa amigos. Mientras tanto, sin prisa pero sin pausa, quiero iros desgranando pequeñas muestras de algunas escapadas que quedaron en el tintero. Os dejo con este pequeño vídeo grabado en las Tablas de Daimiel. Shh, silencio que se espantan...


El jardín americano


Hace algunos meses os hablé de un jardín con muchísimo pasado a sus espaldas, el Parque del Capricho de Madrid, pues bien,  hoy le toca el turno a un espacio verde situado en Sevilla, el Jardín Americano. No tiene el peso de la historia arropándolo, ni tan siquiera habrá dado tiempo a incluirlo en las nuevas ediciones de las guías turísticas, pero no deja de ser un interesante emplazamiento para el disfrute y la relajación, siempre y cuando la desidia de los gobernantes nos lo permitan, y ahora os cuento el porqué de mis palabras.  

El Jardín Americano recién "remendado" en la capital andaluza, nace sobre las  ruinas de lo que fue el Pabellón de la Naturaleza de la Expo`92 en la Isla de la Cartuja, con él se pretendía hacer una especie de jardín botánico que aunara la mayoría de especies vegetales americanas, con el trasfondo de ser Sevilla la ciudad a través de cuyo puerto se introdujo en Europa todas esas nuevas y exóticas plantas tras el "descubrimiento" (lo pongo entrecomillado y con eso salvamos los debates, que aquí hay tema para rato). Durante los seis meses que duró la exposición el jardín albergó casi 500 especies distintas de la flora americana, pero lo dicho, seis meses, aquello fue bonito mientras duró y cuando en octubre se echó el cerrojo a la Expo, ni una cubeta de agua se le permitió a las pobres plantas, ¿para qué?, si en esta ciudad llueve a troche y noche los 365 días del año y gozamos de unas temperaturas tan moderadas, de unos veranos tan fresquísimos que se mantienen solas...

Así que casi 20 años después a los gobernantes se les enciende la bombilla,  esa que de vez en cuando les funciona, y deciden recuperar el abandonado e inaccesible jardín, que bien podía haber sido una entrada del fantástico blog Abandonalia,  y convertirlo en un espacio para el disfrute del ciudadano, ya sea peatón, ciclista y demás usuarios de vehículos a ruedas sin motor. Pero ay amigo ¡si estamos en crisis!... No pasa nada,  echamos mano de los fondos Leader ¿pero aún quedan? Sí hombre y otro poco de aquí y otro de allá ¡et voila! Jardín recuperado hasta nuevo aviso o hasta que deje de funcionar el riego por goteo...

Y después de esto tan feo que os he contado, centrémonos en la belleza que las cosas, sobre todo la naturaleza,  tienen por sí mismas. Olvidémonos de las manos negras haciendo y deshaciendo, aunque sólo sea en este paseo por el Jardín Americano, ¿os venís conmigo?



Pasarela con pequeño embarcadero y la Torre Schindler (torre de la Navegación) al fondo.
 Otro abandono que clama al cielo y que está en vías de recuperación como
parte del Museo de la Navegación


Pasarela sobre el río para peatones y ciclistas


Vista de la profundidad de la pasarela que asciende
 para adentrarse luego en el jardín


Flor del heliotropo, la fotografié porque es el perfume que suelo llevar,
 pues me encanta su olor a almendra. No digo marcas :-) pero ahora sé que
esta olorosa planta procede de Perú.



Curiosa flor, se llama "lágrimas de Júpiter" o "lágrimas de amor" y procede de México



Cactus mexicanos, cuidado que pinchan.


Preciosa palmera, me encantó la textura y forma de su tronco. Es una palma real
cubana y sus hojas se usan para envolver el tabaco.


Carril bici que atraviesa el jardín americano



El umbráculo. La misma palabra  con la que se denomina este espacio, hace alusión a la sombra donde se refugian las especies tropicales y subtropicales que necesitan humedad y nada de sol directo.


Otra vista del interior del umbráculo


Mosaico con motivos florales debajo del puente Pasarela



Beach House - Walk in the park

Beach House es un dúo de pop-rock indie formado en Baltimore, Maryland en el 2004 e integrado por la francesa Victoria Legrand y el americano Alex Scally. Su debut homónimo fue nombrado uno de los mejores álbum del 2006 por la crítica especializada. Se etiqueta  su sonido como “dream pop” por sus ritmos lentos y su hipnótica atmósfera, comparándose a  menudo la voz de Victoria con la de Nico de la Velvet. La canción del post pertenece a su tercer trabajo “Teen Dream” (2010)

Lecturas bajo el cielo

Nuestras aspiraciones están envueltas en libros,
nuestras inclinaciones están ocultas en las miradas.
 
                                                       Belle and Sebastian
 
 
Leer con el cielo como paisaje de fondo y adentrarse en las páginas que los creadores nos regalan desde el banco de un hermoso parque  puede ser un acto no solo pictórico, sino también muy placentero. En esto consiste la reciente propuesta  "Biblioteca a cielo abierto" puesta en marcha en la ciudad de Sevilla para incentivar la lectura al aire libre, teniendo el histórico Parque de María Luisa como escenario. 

En los anaqueles fijos del parque se han colocado libros a disposición de los potenciales lectores, algunos de los cuales pertenecen a la colección Biblioteca a Cielo Abierto editada por el Ayuntamiento de Sevilla y que cuenta ya con dos ediciones propias, "Tres leyendas tenebrosas y una humorada" de Gustavo Adolfo Bécquer y "Viejos cuentos andaluces para leer y contar" de Cecilia Böhl de Faber y Juan Valera. Por otro lado, se invita a todo aquel que lo desee a donar libros,  y para ello se ha constituido una Hemeroteca Efímera en la Glorieta Luca de Tena de lunes a domingo en horario de 10.00 a 14.00 horas y de jueves a domingo en horario de tarde de 19.00 a 22.00 horas.

Estas obras estarán a la libre disposición de todos y se espera el compromiso de devolverlas para que puedan ser disfrutadas por otras personas. Por ello, cada uno de los ejemplares llevará una pegatina con la siguiente leyenda: “Este libro no es tuyo, aunque es para que tú lo leas”.


Uno de los anaqueles del parque con algunos libros

Me viene a la memoria una frase que los maravillosos electroduendes de "La Bola de Cristal" repetían a menudo: "Si no quieres ser como ellos, lee". Creo que no hace falta precisar quiénes son exactamente "ellos", lo único que espero es que esta idea triunfe y consiga aportar una pequeña semilla para motivar la lectura en este, a menudo, nada delicado mundo.


Belle and Sebastian - Wrapped up in books

Belle and Sebastian, grupo escocés de estética sesentera procedentes de Glasgow. Es una de mis bandas preferidas desde que en 1996 iniciaran su andadura. El nombre del grupo proviene de Belle et Sébastien, un libro infantil escrito por el francés Cécile Aubry, en el que se relatan las aventuras de un chico (Sébastien) y su perro (Belle). Dicha obra fue llevada a la televisión en formato de serie en 1965 y en formato de dibujos animados en 1981. El tema de hoy pertenece a su trabajo "Dear catastrophe waitress“(2003).

Caprichos que perduran




Dicen que un capricho es una determinación que se toma arbitrariamente, inspirada por un antojo, por humor o por deleite en lo extravagante y original. Ignoro si fue esto o un deseo personal largamente meditado,  lo que llevó a María Josefa Alonso Pimentel de la Soledad, la novena Duquesa de Osuna que inmortalizó a finales del  XVIII el genial Francisco de Goya con sus también caprichosas pinceladas, a convertir las tierras de labor de su villa de recreo,  situada en la Alameda de Osuna, en El Capricho, uno de los parques más desconocidos de la Villa y Corte para propios y extraños y sin embargo, uno de los más hermosos.

Aquellas mentes racionales se quedarán con la última de las opciones, gustarán de imaginar a los arquitectos  favoritos de la nobleza de la época con sus afrancesadas influencias, plasmando sus ideas a golpe de escuadra y cartabón de madera. Otros más fantasiosos,  gozarán pensando que un capricho condenado por su naturaleza a ser efímero,  ha superado el paso del tiempo, que quizás sirvió de decorado al ilustre aragonés para pintar sus escenas de juegos populares en el campo  y que, sorprendentemente,  su romántica quietud salió indemne de varias invasiones, pues fue usado como cuartel de las tropas francesas y un siglo después, como cuartel general del ejército republicano en plena Guerra Civil.

Maravilloso lugar repleto de singulares rincones a lo largo de sus 14 hectáreas, como el Abejero que se construyó para el estudio del comportamiento de las abejas;  el Embarcadero o Casa de Cañas, realizado al estilo chinesco, muy de moda en aquella época,  que era utilizado por los invitados de los Duques de Osuna que gustaban de acudir al Casino de Baile en pequeñas embarcaciones (falúas) a través de la ría que atraviesa el recinto de norte a sur;  la Ermita, construida con aspecto ruinoso y en la que vivieron algunos ermitaños como Fray Arsenio... y tantos otros caprichos que os animo a descubrir por vosotros mismos si pasáis por Madrid. Os aseguro que merece la pena hacer esta parada y descansar del bullicio y  la vorágine de la gran urbe.


Visité el parque hace pocos días, en una corta estancia de fin de semana en la capital,  y estas son algunas de las imágenes que capté. Mi deseo, nada caprichoso, es volver en primavera o verano para disfrutar de las otras tonalidades del jardín y poder acudir además a los eventos culturales que en él se organizan.


Invierno en verde en El Capricho

La Casa de la Vieja, una representación del mundo rural


Invierno en malva en El Capricho



El puente de hierro más antiguo de España (1808)




Templete de Baco




La grieta de mi resbalón


El estanque


La Ermita



La Casa de las Cañas (embarcadero),  se conseva la construcción inicial que se restauró hace 10 años.



Rufus Wainwright - Grey Gardens


Rufus Wainwright, cantautor estadounidense-canadiense. Hijo de los cantantes de folk Loudon Wainwright III y Kate McGarrigle, y hermano de la también cantante Martha Wainwright. Su música tiene unas marcadas influencias líricas que van desde la ópera (a la que quiere dedicarse plenamente algún día para desconsuelo de los que seguimos su trayectoria más pop) hasta la chanson francesa pasando por el musical. En directo es maravilloso, divertido e irónico, lo recomiendo. El tema de la entrada pertenece a su segundo álbum de estudio "Poses".
 
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