Mostrando entradas con la etiqueta Años 80. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Años 80. Mostrar todas las entradas

Josfa, su mundo y la oscuridad



"- Josfa, no temas nunca a la oscuridad porque solamente es 
algodón teñido de azul marino
 y tiene dentro todos los colores del arco iris. 
Si sabes contemplarla te proporcionará grandes satisfacciones". 



Los libros con los que nos adentramos en el placer de la lectura en nuestra infancia, suelen quedarse para siempre en nuestra memoria y adquirir, con el paso del tiempo, rasgos casi míticos. A quién no le ha ocurrido eso de quedarse prendado en esos inocentes años de un texto y rememorarlo una y otra vez en la edad adulta. Esta entrada trata sobre uno de esos libros que quedaron para siempre conmigo y que gracias a una buena amiga, he recuperado tras muchos años de su primera lectura.

No recuerdo con exactitud cuántos años tenía cuando cayó en mis manos "Josfa, su mundo y la oscuridad", pero si sé con certeza que entre 10 y 12. La autora del libro, Lolo Rico, era ya una vieja conocida, pues fue la artífice de muchos de los programas infantiles de entonces, pero sobre todo se hizo muy famosa por su dirección de la  "La Bola de Cristal", que cada mañana de sábado nos mantuvo a tantos locos bajitos pegados a la pantalla en los 80. Un programa magnífico por cierto, educativo, revulsivo, inteligente y original, tuvimos mucha suerte de disfrutarlo los niños de entonces. Creo que cuando se califica a las generaciones de hoy día, debería de haber una nueva calificación made in Spain: "Generación Bola de Cristal".




Volver a leer este cuento ha sido divertido, encontrarme de nuevo con el personaje de Josfa, un bigotudo señor con camisa de leñador y melena rizada, que vive felizmente en el campo en una tranquila casa con huerto heredada de su tía abuela. De ella le quedaron además entre otras cosas, un paraguas de flores amarillas, dos faldas crujientes y almidonadas; un perro y tres ratones, cuatro gatos y un gallo... pero sobre todo, la virtud de observar en la oscuridad y a querer a cuanto en ella veía. Gracias a este don, cuando Josfa se enfrentaba a una situación difícil, sólo tenía que refugiarse en ella, meterse en la piel de la persona origen del problema, sentir lo que ella sentía, y empatizar. A veces, si la persona era muy oscura y un hueso duro de roer, costaba trabajo meterse en su pellejo, pero era una terapia realmente mágica y transformaba las situaciones y a las personas.




Como en todo cuento infantil un personaje tenebroso amenaza con romper el feliz equilibrio, en este caso es el llamado Planificador de Ciudades, que un buen día, mientras Josfa duerme la siesta a la sombra de su peral, aparece para obligarle a vender su preciosa casa, con el fin de continuar con la expansión de la Gran Ciudad. A la pregunta - ¿Dónde quedará entonces el campo? - que hace un estupefacto y asustado Josfa, el planificador contesta - Pues supongo que debajo de la ciudad. 

Nuestro personaje se enfrentará a la especulación inmobiliaria (que visionaria Lolo Rico), al abuso de poder, verá peligrar la paz de su hogar, a sus amigos, que poco a poco van sucumbiendo a las tentaciones y las luces de neón de la ciudad... Pero saldrá victorioso, gracias a su poder de amar sin tregua y al valor que concede a algo tan hermoso como es la amistad.



Los cuentos cuentos son, pero al volver a releer el libro he pensado que si todo esto funcionara, los Consejos de Ministros, las sesiones plenarias de sus ilustrísimas señorías, las mega cumbres internacionales, etcétera, pues que deberían de celebrarse completamente a oscuras, de entrada ahorrarían luz y quién sabe...



Una pequeña crítica al Josfa de mi infancia, que hoy sería imposible de encontrar en un cuento infantil: la pipa humeante con la que siempre solían representarlo.


Y ahora os lanzo una pregunta, ¿cuál es ese cuento que nunca olvidasteis y que os gustaría leer de nuevo?

Richard Hawley - Our darknes

El inglés Richard Hawley, tras dejar su puesto de guitarrista en el grupo Pulp, inició su carrera en solitario en el 2001 y desde entonces ha publicado ya seis magníficos trabajos. Música elegante, voz sublime y gusto exquisito, un magnífico coctel que hace que sus directos sean una verdadera maravilla. Recuerdo mi primer concierto en el Primavera Sound 2005 con gran gusto. La canción de esta entrada pertenece a su álbum "Lady's Bridge" (2007).

El ataque de los juguetes siniestros


Después del empacho publicitario de juguetes en estos días navideños previos a la fiesta de Reyes, no puedo evitar ponerme un poco cascarrabias y sin querer contar batallitas del abuelo Cebolleta, me vais a permitir  patalear un poco y reivindicar aquellos juguetes que durante el inicio de los 80 compartieron mis horas de juego en compañía de mi hermano, mis prim@s y amig@s. Ah ya sé que es muy fácil caer en aquello de "cualquier tiempo pasado fue mejor", que se me ve el plumero de lejos, pero no me negaréis que no echáis de menos en los juguetes y juegos del siglo XXI más imaginación y menos tecnología y cursilada (media hora seguida de anuncios de la Barbie y sus múltiples complementos y novios de color rosa,  casi me funden el cerebro hace unos días).

Mis primeros juguetes fueron un Scalextric y un tren en maqueta. Durante años tuve una relación romántica con esta historia, pues mi padre me dijo más mayorcita que me los había comprado para que de bebé me percatara del mecanismo por el cual funcionaban las cosas. La pérdida con lo años de la inocencia,  me hizo ver claramente que aquellos juguetes se los había comprado para él con la excusa del nacimiento de su primogénita.  Ya está  más que perdonada esta oscura maniobra, pero me hace recordar que precisamente mis juegos favoritos eran aquellos en los que tenía que construir algo, ya fuera un castillo o una pista para coches y que no me gustaban nada las muñecas. Mi hermano y yo nos podíamos pasar las horas y horas delante de cientos de piezas de puzzle para componer un nevado y complicado paisaje o de minúsculos ladrillos para hacer un barco o una casa para los clicks. Este tipo de juguetes ha desaparecido casi por completo de la faz de la tierra y sólo se venden en tiendas especializadas para "freaks". ¿Y qué me decís de los libros? Los Hollister,  los Superhumor, Las Aventuras de Tintin, Asterix y Obelix, ¿Dónde esta Wally?, etc. No veo a los niños de hoy pedir libros por Reyes y tampoco los anuncian en televisión.



Toda década tiene por supuesto sus expedientes X en cuanto a juguetes se refiere. Yo misma necesitaría un profundo psicoanálisis para responder a todas las preguntas que aún me atenazan sobre los juegos y trastos que compartieron mi infancia. Hoy, en una ejercicio de exorcismo profundo, quiero compartirlos con vosotros y me libero así de gran parte de mis fantasmas.

¿A alguien le funcionó más de dos veces seguidas el Super Cine Exin? ¿Por qué pasaron a mejor vida los chicles Cheiw de canela y la Mirinda con lo ricos que estaban? ¿Se entero alguna vez alguien de como narices funcionaba el juego "Mi amigo Simón"? ¿Os salió también un callo en el dedo de tanto jugar al Comecocos? ¿No os moríais del susto al acabar una partida del "Misterio" y tener que atravesar luego un solitario pasillo? ¿No os olía a perritos muertos el Blandi Blub a las pocas semanas de comprarlo y os chorreaba un aceite repugnante? ¿Tuvisteis miedo de morir electrocutados abrazados a un Gusiluz? Decidme por favor que no era la única a la que le quedaba para llorar el reloj Casio calculadora en la minúscula muñeca. Mama, ¿dónde fue a parar mi Casiotone y con él mi prometedora carrera de pianista electrónica? Confesadlo, Naranjito os parecía horrible y las Muñecas Repollo la peor de las pesadillas. Y mis dos grandes frustraciones: nunca conseguí hacer una pulsera de hilos de plástico de colores, ni círculos en la pantalla del Telesketch, pero con el cubo de Rubik era un hacha y lo compensaba todo. Se me olvidaba, Marita, yo fui la que te rompió tu biberón mágico, pues necesitaba averiguar el extraño mecanismo por el que desaparecía la leche al volcarlo...





The Beach Boys - The man with all the toys

The Beach Boys es un grupo musical estadounidense formado en 1961, representantes del más puro estilo californiano surfero de la década de los 60. Formado por los hermanos Wilson (Brian, Carl y Dennis) y su primo Mike Love. Su gran éxito indiscutible fue su álbum de estudio “Pet Sound” (1966). Es una de las bandas con más sencillos y álbumes publicados y vendidos en Estados Unidos.
 
Ir arriba