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¿Dónde están mis juguetes?

Austin a pedales
1959

Ya pasadas las fiestas navideñas y aún con la resaca del día de Reyes, me estreno en el 2012 con una entrada sobre un lugar muy especial, pero antes permítanme lanzar algunas reflexiones jugueteras que explican el título de esta entrada. No han notado, queridos lectores, que han desaparecido de la faz televisiva aquellos eternos minutos de anuncios de juguetes que en los 80-90 nos invadían. He escudriñado las distintas cadenas televisivas en varias franjas horarias y nada en el horizonte TDT. ¿Qué fue de los anuncios de Playmobil, del Tente, de las muñecas de Famosa, de las tragabolas o mecanos, puzzles y demás? Nadie parece saber nada, pero lo curioso es que se siguen vendiendo estos juguetes en las tiendas, aunque la pequeña pantalla solo tiene lugar para juguetes electrónicos y cibernéticos, sin diferencia de edad en el público destinatario. 




Detalles de una pastelería y una  carnicería 
Casas de muñecas de principio siglo XX



La verdad es que siento nostalgia de aquellos maratones publicitarios jugueteros y recuerdo con cariño, que mi hermano y yo nos entregábamos a un juego delante de la pantalla, que consistía en que a cada uno le tocaba un anuncio de juguetes sucesivamente y, bendita inocencia infantil, eso quería decir, imaginariamente, que eran los regalos que nos llegarían. Lo que ocurre ahora, no es sino un reflejo de la sociedad en la que vivimos, regida por el marketing y las grandes ventas, ya no importan la capacidad de ilusión y la imaginación de millones de niños.


Muñeca 
1745-50

El caso es que tras esta "profunda" reflexión, hoy vengo a enseñaros un museo muy especial y poco conocido que visité en Londres hace unas semanas, el V&A Museum Childhood (Museo de la Infancia perteneciente al Victoria&Albert). Situado al noreste de la ciudad (Bethnal Green), lo peculiar de este lugar es que reúne una colección fascinante de todo lo que rodea al mundo de los niños: juguetes, juegos, cuidados, mobiliario, ropas, etcétera, desde el siglo XVII hasta la actualidad, además de tener una de las mejores colecciones del mundo de casas de muñecas (esto es realmente increíble, ver como eran las casitas de madera con la que jugaban los ricos niños de la nobleza y alta burguesía de hace siglos, llenas de miles de detalles y en tamaños XXL). 


Interior del Childhood Museum

El museo está en un gran edificio de ladrillo rojo dividido en varias galerías: una para juguetes en movimiento, otra dedicada a la creatividad, una tercera a la niñez y por último una gran sala de estar. Realmente, es un lugar especial, con una agradable coffee shop en la que hacer un alto en el camino; y una bonita tienda con cuentos, libretas y objetos varios de papelería (mi debilidad). Un rincón en el que podemos hacer un viaje a nuestra infancia y a la de aquellos locos bajitos que hace muchísimos años habitaron el planeta.

Cochecito de bebé
Época Victoriana

Hasta principios de marzo además podréis disfrutar de una exposición temporal llamada "Magic World", donde se explora el mundo de los cuentos de hadas y la literatura fantástica, la historia y los orígenes de la magia y su influencia en artistas y escritores. 



Hice cientos de fotos pues todo era una curiosidad, pero aquí solo puedo dejaros alguna de ellas para que podáis adivinar el contenido de la colección y así, en vuestra próxima visita a la ciudad, no dejéis de ir a este museo lleno de sueños e ilusiones.

Web del museo: http://www.vam.ac.uk/moc/



The Beach Boys - The man with all the toys

El ataque de los juguetes siniestros


Después del empacho publicitario de juguetes en estos días navideños previos a la fiesta de Reyes, no puedo evitar ponerme un poco cascarrabias y sin querer contar batallitas del abuelo Cebolleta, me vais a permitir  patalear un poco y reivindicar aquellos juguetes que durante el inicio de los 80 compartieron mis horas de juego en compañía de mi hermano, mis prim@s y amig@s. Ah ya sé que es muy fácil caer en aquello de "cualquier tiempo pasado fue mejor", que se me ve el plumero de lejos, pero no me negaréis que no echáis de menos en los juguetes y juegos del siglo XXI más imaginación y menos tecnología y cursilada (media hora seguida de anuncios de la Barbie y sus múltiples complementos y novios de color rosa,  casi me funden el cerebro hace unos días).

Mis primeros juguetes fueron un Scalextric y un tren en maqueta. Durante años tuve una relación romántica con esta historia, pues mi padre me dijo más mayorcita que me los había comprado para que de bebé me percatara del mecanismo por el cual funcionaban las cosas. La pérdida con lo años de la inocencia,  me hizo ver claramente que aquellos juguetes se los había comprado para él con la excusa del nacimiento de su primogénita.  Ya está  más que perdonada esta oscura maniobra, pero me hace recordar que precisamente mis juegos favoritos eran aquellos en los que tenía que construir algo, ya fuera un castillo o una pista para coches y que no me gustaban nada las muñecas. Mi hermano y yo nos podíamos pasar las horas y horas delante de cientos de piezas de puzzle para componer un nevado y complicado paisaje o de minúsculos ladrillos para hacer un barco o una casa para los clicks. Este tipo de juguetes ha desaparecido casi por completo de la faz de la tierra y sólo se venden en tiendas especializadas para "freaks". ¿Y qué me decís de los libros? Los Hollister,  los Superhumor, Las Aventuras de Tintin, Asterix y Obelix, ¿Dónde esta Wally?, etc. No veo a los niños de hoy pedir libros por Reyes y tampoco los anuncian en televisión.



Toda década tiene por supuesto sus expedientes X en cuanto a juguetes se refiere. Yo misma necesitaría un profundo psicoanálisis para responder a todas las preguntas que aún me atenazan sobre los juegos y trastos que compartieron mi infancia. Hoy, en una ejercicio de exorcismo profundo, quiero compartirlos con vosotros y me libero así de gran parte de mis fantasmas.

¿A alguien le funcionó más de dos veces seguidas el Super Cine Exin? ¿Por qué pasaron a mejor vida los chicles Cheiw de canela y la Mirinda con lo ricos que estaban? ¿Se entero alguna vez alguien de como narices funcionaba el juego "Mi amigo Simón"? ¿Os salió también un callo en el dedo de tanto jugar al Comecocos? ¿No os moríais del susto al acabar una partida del "Misterio" y tener que atravesar luego un solitario pasillo? ¿No os olía a perritos muertos el Blandi Blub a las pocas semanas de comprarlo y os chorreaba un aceite repugnante? ¿Tuvisteis miedo de morir electrocutados abrazados a un Gusiluz? Decidme por favor que no era la única a la que le quedaba para llorar el reloj Casio calculadora en la minúscula muñeca. Mama, ¿dónde fue a parar mi Casiotone y con él mi prometedora carrera de pianista electrónica? Confesadlo, Naranjito os parecía horrible y las Muñecas Repollo la peor de las pesadillas. Y mis dos grandes frustraciones: nunca conseguí hacer una pulsera de hilos de plástico de colores, ni círculos en la pantalla del Telesketch, pero con el cubo de Rubik era un hacha y lo compensaba todo. Se me olvidaba, Marita, yo fui la que te rompió tu biberón mágico, pues necesitaba averiguar el extraño mecanismo por el que desaparecía la leche al volcarlo...





The Beach Boys - The man with all the toys

The Beach Boys es un grupo musical estadounidense formado en 1961, representantes del más puro estilo californiano surfero de la década de los 60. Formado por los hermanos Wilson (Brian, Carl y Dennis) y su primo Mike Love. Su gran éxito indiscutible fue su álbum de estudio “Pet Sound” (1966). Es una de las bandas con más sencillos y álbumes publicados y vendidos en Estados Unidos.
 
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