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Un volcán y unas sardinas


Toda isla que se precie tiene que tener un volcán, si además está vivito y coleando entonces pasamos a palabras mayores. Por eso, pensar en Sicilia y no tener en cuenta al Etna, un gigante de 3.322 metros de altitud y 1.190 Km² de área, es dejarse atrás gran parte de su espíritu, sobre todo el de su costa oriental con la ciudad de Catania y alrededores al frente, precisamente la zona más castigada por sus "rugidos" a lo largo de la historia. Imaginar tener al volcán más activo del mundo humeando a troche y moche en tu territorio, esto ha marcado sin lugar a dudas el carácter de este pueblo, en una historia de amor/odio, ni contigo ni sin ti, constante. 

Los sicilianos tienen una relación especial con él, pues es sinónimo de vida y muerte a la vez, y a pesar de los irreparables efectos de sus despertares, en sus fértiles laderas crecen los frutos más importantes de la gastronomía siciliana: viñas, pistachos, almendros, higueras....y no podemos obviar que es un atractivo turístico más que atrae al visitante de fuera. "Que Sta. Ágata nos proteja" y allá que sacan en procesión a su santa las gentes de Catania cada vez que el Etna tiembla, la última vez con asombrosos y positivos resultados. 




Ha visto pasar civilización tras civilización desde su imponente figura, no en vano se le calculan la escalofriante edad de 500.000 años. Los griegos consideraron sus entrañas las fraguas del dios Hefesto, así como la morada del monstruo Trifón, al que atribuían la causa de los temblores y la expulsión de lava. Tiene además el honor de que grandes como Homero, Platón o Virgilio lo han mencionado en sus textos. 

En 1669 rugió de tal manera que cambio la fisonomía de la isla y destruyó completamente Catania, una ciudad cuyo centro parece haber sido sacado de un cuento de Perrault, pues fue totalmente reconstruida en estilo barroco, utilizando piedra de lava en las fachadas de sus edificios. La combinación del negro ceniza y el dorado de los brocados y adornos, hacen un efecto óptico asombroso y onírico. Recomiendo sin duda esta ciudad como parada en un viaje por la isla, pues otro de sus atractivos es que es sede de la primera universidad de Sicilia y posea una vida nocturna muy alternativa y bohemia. 



Con todo esto, no podía pasar por la isla sin subir al Etna, y con esa premisa incorporé a mi equipaje unas zapatillas aptas para andar por terrenos distintos a la fina arena de la playa, y así lo hice. Hay varias formas de hacerlo pero la más habitual es entrar por el pueblecito de Nicolosi, en su ladera sur, llamado "la puerta al Etna". Conforme vas subiendo el paisaje se va transformando, como habréis visto todos los que ya hayáis estado o vivido en zonas volcánicas, pero aquí lo asombroso es lo reciente de muchas de las erupciones, lenguas de lava petrificadas donde no ha dado lugar a que vegetación alguna haya retomado el terreno; cráteres que hace pocos años que se abrieron en una gran explosión y que aún siguen calientes; y tengo que confesar que no dejar de ver salir grandes columnas de humo de la cima, produce ese extraño cosquilleo que se siente al tener un peligro cercano. 

Es una visita que recomiendo a todo el que pase por la isla, subir a los volcanes tiene cierto componente místico, es una forma de sentir la extraordinaria vida que late en el interior de este globo terráqueo en el que nos ha tocado vivir, porque si nos hubiera tocado Plutón no estaríamos aquí para contarlo...



Y mientras me dejo llevar por este misticismo y soy arrastrada por la lava del hermoso Etna, os dejo aquí otra receta de pasta que reúne varios de los productos más típicos de la isla: los piñones, las pasas y las sardinas, la pasta con le sarde. La probé en varias ocasiones durante mi estancia y es una combinación realmente exquisita, el único ingrediente más complicado de encontrar es el "hinojo salvaje", pero yo utilicé el hinojo de supermercado que veis en la imagen de abajo y os puedo asegurar que en sabor la receta no difiere en nada. Siempre que la pedí me la pusieron con tipos de pasta bastante grande, de ahí que yo haya escogido unos rigatoni tamaño XL. La receta está sacada del excelente blog italiano "La cucina de calycanthus", cuyas autoras han publicado ya varios libros sobre gastronomía regional italiana, entre ellos uno dedicado a Sicilia. Está adaptada en ingredientes para dos personas, así que solo hay que multiplicar si los comensales aumentan. No me podréis negar la pintaza que tiene mi plato. Que os aproveche si lo experimentáis. 



El mercado del Capo de Palermo


Para hacer redonda la visita a toda ciudad hay que acercarse a sus mercados. Independientemente de que seas o no un sibarita gastronómico, en ellos es donde el pulso de la urbe suele ser más palpable que en ningún otro lugar: vendedores que cantan con gracia su mercancía; coloridos puestos de fruta y verdura que nos permiten comparar precios y usos con los de nuestros mercados; lugareños que van a comprar los ingredientes de su despensa y charlan con su pescadero de toda la vida mientras tú intentas captar algo de la conversación; puestos de rica comida callejera... Una explosión de olores, colores y sentidos que toda persona disfrutona de la vida aprovechará sin duda intensamente.

Al llegar a la ciudad de Palermo las guías anunciaban varios mercados locales, uno de ellos y el más conocido, es el de La Vucciriael mayor y más frecuentado por los turistas. Pero el instinto nos hizo fijarnos en un mercado de barrio, el denominado "mercado del pueblo", cuyo apodo es más que merecido. Se trata del Mercado del Capo, existente desde la dominación árabe de la ciudad, de ahí que conserve el intrincado y laberíntico aspecto de un zoco. Desarrollado en un cruce de calles que tiene como eje principal la Vía Porta Carini y la Vía Beati Paoli, el paseo por ellas fue uno de mis días más divertidos en la ciudad de Palermo, mirando, tocando, oliendo, comiendo... gozando al fin y al cabo.


En el sentido de las aguas del reloj: 1. cucuzza  2. berenjenas sicilianas
3. tomates variedad casalino
 4flores de calabacín (un manjar rebozadas y  fritas)


Mis ojos iban y venían continuamente entre tanta variedad de productos: verduras y frutas, pescado y carne fresca, frutos secos, aliños de aceitunas y verduras. Lo que más me llamó la atención fueron la variedad de calabacines, calabazas y berenjenas que nunca antes había visto: como la curiosa cucuzza, que pensaba que era un calabacín "crecidito", pero se trata de una calabaza de verano típica de Sicilia; o la bonita y coqueta berenjena siciliana, de forma redonda y color mucho más claro que la que encontramos por aquí, y me imagino el secreto de esas caponatas sicilianas tan ricas (por cierto, la que comí en un sencillo puesto de este mercado fue la mejor de todo el viaje). Mi madre al ver las fotos dice que recuerda en su niñez que ese tipo de berenjenas las cultivaba mi abuelo, pena que estas cosas se pierdan. Una curiosidad, los tomates variedad casalino también se llaman "tomates spagnoletta". 






Me sorprendió también la cantidad de especias simples y compuestas para preparar pasta de todo tipo, los preparados llevaban el nombre de la receta resultante. Una de mis adquisiciones fue una gran bolsa de tomates secos que al llegar a casa confité en aceite con especias y que tienen un montón de usos: ensaladas, pastas, masas...



Mis tomates en aceite

Y después de tanto mirar y tanto salivar, quién puede resistirse a no adentrarse en un puesto de comida callejera, sentarse a contemplar a las gentes que pasaban, en su mayoría lugareños, y llenar el estómago con ricos tentempiés, como los arancini, que he comido sin parar en Sicilia. Este bocado callejero en forma de bola de arroz  frita rellena de varios ingredientes (los más ricos los de ragú), está presente por toda la isla. Otra comida callejera típica, le panelle, algo tan sencillo como una masa frita de harina de garbanzos con hierbas aromáticas. Y qué decir de los helados... el pistacho, la almendra y los higos son los frutos sicilianos más abundantes, imaginaros las combinaciones dulces hechas con ellos. 

Y ya para concluir, amigos, solo espero que leáis este post ya comidos, por pura compasión...

 En el sentido de las aguas del reloj: 1. panelle con hierbas aromáticas  
2. arancini 3. helado casero de pistacho 4caponata


Viaje en el tiempo a la magna Grecia


Olivo iluminado del Valle dei Templi
Edad estimada: 500-600 años

Silenciosos almendros y olivos centenarios son hoy por hoy los únicos habitantes de la antigua Akragas, ciudad fundada por los griegos en el año 582 a.C. que tomó su nombre del río homónimo que la circundaba, curiosamente llamado así por la riqueza de sus aguas en cangrejos. Construida en un lugar privilegiado, una elevada meseta con vistas al Mediterráneo en la costa suroeste siciliana, la ciudad fue una de las más importantes de la edad de oro de la Antigua Grecia, pero lamentablemente tuvo una corta vida, pues en el 406 a.C. fue invadida y arrasada por los cartagineses, huyendo la población a los montes situados al norte, lugar donde actualmente se sitúa la ciudad de Agrigento, cuna del gran Pirandello. 

Ir a Sicilia y no visitar el Valle de los Templos, declarado en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, puede ser motivo de más de un tirón de pelos posterior. Yo estuve a punto de cambiar el rumbo de mi viaje y de poner en peligro mi melena como una plañidera, pues eran muchos los kilómetros y las ciudades que deseaba recorrer y todo hay que decirlo, la actual Agrigento, lugar donde se concentran los hoteles y B&B más próximos al valle, ofrece una estampa desoladora y sucia que invita a pasar de largo, producto de las especulaciones inmobiliarias de la Mafia y del control que ejercen en servicios municipales tales como la recogida de basuras... Pero no hay nada que no arreglen unas fotografías en blanco y negro.




Pero he aquí que los dioses del Olimpo enderezaron mi camino y me hicieron recalar allí dos noches, vicisitudes y contrariedades varias que no son dignas de mención y pertenecen a la intimidad de los viajeros, pero que se resumen poéticamente en una voz interior que susurró "detente incrédula mortal, no se deje llevar siempre por oropeles, un gran tesoro la espera". Mi eterno agradecimiento por la advertencia.

La visita al Valle de los Templos de Agrigento, poco antes del atardecer, fue uno de los momentos más espectaculares de mi ruta por Sicilia, un viaje en el tiempo a la Magna Grecia, un excelente testimonio del dominio que ejerció esta civilización en la isla. Recorrer durante horas una extensión de terreno de 1300 hectáreas, con la bella luz reflejada en la piedra de los diez templos dóricos, entre ellos los de Juno, Heracles, Vulcano, Demetra y Perséfone, algunos en un estado de conservación magnífico; varios santuarios y cementerios,  observando como las tonalidades iban cambiando al mismo ritmo que la luz del sol se ocultaba, fue realmente mágico.


Enamorada sin remedio del Valle de los Templos y de su arrebatadora belleza.

Ya lo saben amigos, no pasen de largo, escuchen siempre la voz susurrante de los dioses.



Un paseo por el suroeste de Italia y tras los créditos, pasta


Con esta entrada, más visual que otras, os invito a realizar un pequeño recorrido por la Puglia. Espero que os seduzca lo suficiente como para iniciar algún día un viaje por este bello rincón del suroeste de Italia, el llamado tacón de la bota. Pero antes un pequeño desvío, pues si voláis hasta Bari, la capital, os recomiendo salir de la frontera de la región y dar un salto a Basilicata, la región vecina, ya que una de sus ciudades más hermosas, Matera, está prácticamente en el límite entre ambas, merece realmente la pena y el trayecto es algo menor de 70 Km. Vamos a cruzar pues...




Si hay algo que viene a la cabeza inmediatamente al contemplar la parte antigua de la ciudad de Matera, desde uno de sus muchos miradores, es "¿estoy en Oriente Medio o en Europa?". Realmente asombroso el parecido con la imagen de Jerusalén que tengo grabada, jamás he estado allí, pero la televisión y el cine han hecho de las suyas y después he podido comprender por qué tenía esa sensación de "déjà vu" constante, ya que un buen puñado de películas bíblicas se han rodado aquí: "El evangelio según San Mateo" de Pasolini (1964), "Rey David" de Beresford, "La Pasión de Cristo" de Mel Gibson (2004), "Natividad, la historia" de Hardwicke (2006). Es decir, que quizás las imágenes de Jerusalén que siempre he tenido en mente hayan sido en realidad las de la ciudad italiana.




Volvamos a la Puglia, a la pintoresca Alberobello situada en el Valle de Itria, con sus características construcciones cilíndricas de piedra pintada de blanco, los trulli, rematadas por un techo cónico. Por su aspecto pensaba que databan de una época más remota, aunque se especula que probablemente sean la herencia de construcciones prehistóricas similares, pero parece ser que el asentamiento actual se sitúa entre los siglos XVI y XVII, y que su singular forma, en un primer momento no era más que una forma de evasión de tributos. Curioso, pues parece que con solo retirar una piedra, el techo se venía abajo íntegramente. Así cuando el cobrador de impuestos del señor feudal se aproximaba tan solo divisaba un simple montón de piedras. ¿Realidad o fábula?. Me llamó también la atención, aparte de su particular diseño, los símbolos pintados en los tejados que me recordaban tanto a los celtas: soles, corazones, cruces... toda una mágica sugerencia que más de un historiador ha reventado diciendo que era una forma de identificar al constructor y el poder adquisitivo de la familia (la plata señores, siempre la plata...)

Pasamos por Lecce rebosante de edificios barrocos, estilo que la hace insignia de la Italia barroca, de ahí que se la llame la Florencia del SurCiudad señorial cuajada de palacetes e iglesias de piedra blanca y luminosa, pero con rincones también íntimos y anónimos como los que muestro en estas imágenes. Sus habitantes tienen fama en toda la región de ser sofisticados y muy refinados en sus gustos.




Y para concluir Gallipoli, que me recordaba tanto a Cádiz en su zona de la Caleta (vean la imagen de la playa de abajo y hagan semejanzas), con parecida construcción fortificada y muralla; y también en las sensaciones, en los colores y olores marinos prácticamente hermanos. Fue delicioso pasear por esta pequeña y blanca ciudad que mira al Mar Jónico, entretenerme en  sus puestos de artesanía y comida, donde se vendía la pasta típica de la región, los orecchiette, llamados así por su forma de pequeñas orejas. Cuál sería mi sorpresa cuando a la vuelta y aún seducida por la semejanza entre ambas ciudades costeras y sureñas, encontré este artículo en La Voz Digital de Cádiz (ver link). Curiosamente, como ya he visto en otras ciudades del Mediterráneo, su centro histórico y parte más antigua, está en una pequeña isla de origen calcáreo, unida en este caso al continente por un puente del siglo XVII (también Siracusa en Sicilia tiene esta particularidad).

 

Y para concluir, hoy me voy a lanzar con una receta de pasta acompañada de verdura. La Puglia es considerada la huerta y el granero de Italia, lo cual se traduce es una cocina muy mediterránea y fresca. Los orecchiette ai broccoli es uno de sus platos más típicos y además de estar exquisitos, son rápidos y fáciles de hacer y no necesitan de complicados ingredientes, además consiguen que niños y adultos no muy amantes de las verduras se las coman sin chistar, al quedar todo como una salsa integrada.  Lo peculiar de este plato es que la pasta se cuece en el agua en el que ha hervido previamente la verdura, aportándole color, aroma y sabor. Esto lo experimenté también con una receta siciliana que pronto os dejaré por aquí. Los orecchiette de la imagen los hice ayer en poco más de media hora, eso sí, menos tardé en zampármelos...

Hasta la próxima.





La'nchianata y el Salento


Se acabaron las vacaciones, atrás quedan muchos kilómetros cuajados de experiencias y sensaciones que permanecerán para siempre en mí en forma de recuerdos. Me es difícil poner en pie aquello que quiero contar, o mejor dicho, aquello que en realidad supongo que puede llegar a interesar, para que otros disfruten de esas sensaciones en un futuro, o tal vez las hagan suyas a través de lo que escribo. Esto último supongo que es el súmmum de todo aquel que escribe. Permítanme entonces que me sirva de la sabia medición del tiempo en días y noches como guía a la hora de escribir sobre mi viaje, el sentido práctico impera, y comencemos desde el principio.

He pasado unos días en el sur de Italia, aterrizaje en Bari para pasar un tiempo en la Puglia, atravesando días más tarde toda la región de Calabria para pegar el salto a la bella Sicilia. Ha sido maravilloso, la descripción que hay en la cabecera del blog, donde hablo de los aromas, sonidos, imágenes y esencias de la vida como inspiración del mismo, toma más sentido que nunca con el periplo que he vivido por tierras italianas.

Pero vayamos directos a una de las primeras impresiones que me hicieron gozar, creo que os va a encantar. Primeros días, la Puglia, concretamente en la comarca del Salento, situada en la extremidad sudoeste del tacón de la bota. Allí pernoctamos y desde ese punto hicimos excursiones para conocer mejor la región (Alberobello, Lecce, Gallipoli...). Partíamos con la ventaja de que unos amigos nos cedieron su casa para alojarnos y nos abrieron las puertas de un hermoso espacio que regentan y quiero daros a conocer, se trata de La'nchianata. 




El nombre de este local está escrito en el dialecto de la zona, el salentino, y significa "subida", ya que la fisonomía del terreno es como una gran parcela de tierra con forma inclinada,  siendo habitual  encontrarse con lugares así en el sur de la península italiana.

La'nchianata es un espacio extraordinario, en mitad del campo, los olivos y los arbustos aromáticos sortean el terreno entre rocas que sirven de asiento natural improvisado, restaurante-bar, lugar de celebración de ciclos de cine, conferencias, y para mayor goce, es la sede de uno de los festivales de música popular más importantes de la región, el Popularia, que se estaba celebrando justo los días que pasábamos por allí. Ninguna foto de las que hice, de noche, con esa tenue y agradable iluminación que tiene este espacio, le hace justicia al lugar, de ahí que haya utilizado las que nuestros amigos tienen colgadas en su Web que son mucho mejores. La primera noche que pasamos en la Puglia coincidimos con la actuación, dentro de la programación del festival, de Tarantula Jonica, un grupo que recupera con su sonido el patrimonio musical popular de los campesinos del sur, desde canciones que se interpretaban durante las jornadas en el campo para hacerlas más llevaderas, hasta música para danzar en fiestas: tarantelas y pizzicas, esta última una danza popular propia del Salento que deriva de la propia tarantela.




Una noche mágica, por no ser esperada y constituir una auténtica sorpresa, fue poner nuestros pies en La'nchianata y desear bailar con toda la gente que brincaba con tanta gracia y desparpajo, pero el pudor se impuso y me limité a grabarles varios vídeos, uno de los cuales comparto con vosotros. Unos danzaban, otros reían mientras bebían y comían, otros simplemente charlaban amigablemente sentados en las rocas debajo de los olivos, el ambiente no podía ser más estupendo.





Gracias de corazón a todos nuestros amigos por hacer nuestra estancia tan agradable, a Alessandro, nuestro anfitrión, por abrirnos las puertas de su casa y permitirnos gozar de estas músicas y danzas populares, así como de la maravillosa cena de la última noche en este mágico lugar regada con buenos vinos salentinos, un gran descubrimiento el Salice Salentino de la bodega Masseria Pietrossa del que me arrepiento no haberme traído alguna botella; y a Gianga, como no, nuestro guía por la Puglia, al que perseguíamos en coche yendo a toda pastilla tras su moto, a pesar de llevar nuestro TomTom a bordo, "yo prefiero preguntar a las gentes del lugar para encontrar un sitio" nos decía, cuánta razón y yo enganchada al dichoso aparatito, no tengo remedio.

Continuará...

 Imágenes extraídas de la web http://www.lanchianata.it/

Nota: La'nchianata permanece abierta solamente los meses de verano.

Bérgamo delicado


Existen ciudades no esperadas que sorprenden porque están llenas de matices delicados y hermosos susurros para los sentidos. Esto fue lo que me encontré en un viaje que realicé hace semanas por la Lombardía italiana, un Bérgamo molto delicato. La región lombarda en su conjunto está llena de preciosos rincones, como los maravillosos paisajes de los lagos de Como e Iseo y sus alrededores, pero me quedo con esta pequeña joya  situada a pocos kilómetros de los Alpes,  cuyas cumbres nevadas son visibles desde la Citta Alta.


Es una ciudad muy tranquila de poco más de 100.00 habitantes y el turismo es escaso, pues la mayoría de la gente pasa de largo para visitar Milán (por allí andaba yo cuando le dieron el Duomazo a "il Cavalieri"). Quizás ese flujo calmado de gentes sea lo que mantenga intactas sus hermosas calles y construcciones medievales de piedra oscura,  ubicadas en la parte antigua de la ciudad a la que se puede subir en funicular,  y protegidas por la gran muralla que los venecianos construyeron tras conquistarla en el siglo XV.


Perderse por las calles de Bérgamo y recorrerlas palmo a palmo sin multitudes ha sido una gozada. En cada esquina hay una pequeña sorpresa: viejas mansiones de piedra y madera, calles estrechas y solitarias, tiendas delicatessen donde encontrar excelentes quesos regionales (Grada Padano y Gorgonzola sobre todo), embutidos, setas y muy buenos vinos (ValtellinaFranciacorta son las D.O de la zona que he podido probar),  pasticcerias donde comprar sus típicos dulces, como la Torta Millefoglie y la Polenta e Osei (un buen "tortazo"  hubiera sido menos violento Sr. Tartaglia,  seguro que se hubiera quedado usted igual de a gusto. Ahora tendremos que soportar el nuevo lifting y arreglos varios). También abundan las  pequeñas osterias y trattorias con deliciosas pizzas y pastas, como los Casoncelli Bergamaschi,  una especialidad de la ciudad rellenos de panceta y servidos con salvia fresca.


Las Navidades además traen a estas ciudades del centro y norte de Europa una costumbre que me encanta, la de los mercadillos de Navidad. El de Bérgamo nada tiene que ver con el bullicioso y gigantesco Marché de Noël de Strasbourg (que creo que es el más grande de Europa) pero tiene su encanto. Me llamó la atención que todo el mundo comía una torta frita con azúcar (fritella) que desde los puestos ofrecían cantando en voz alta y me pareció que su sabor era muy similar al de la masa de los buñuelos.

Si alguna vez visitáis la ciudad os dejo dos recomendaciones gastronómicas muy buenas: la Vineria Cozzi (Via Bartolomeo Colleoni, 22) con cocina regional y una excelente selección de vinos, además de una cuidada decoración, y la Trattoria del Teatro (Piazza Mascheroni, 3). Ambas situadas en la Ciudad Alta.


Bérgamo delicado, minimalista y melancólico, como esta canción de Damien Rice.


Damien Rice - Delicate

Damien Rice es un músico irlandés nacido en 1973,  ex-cantante de la banda de rock Juniper a la que dejó para emprender su carrera en solitario y publicar en el 2001 su primer trabajo “O”. El tema del post pertenece a este primer álbum. En el 2006 publicó su segundo larga duración "9" en el que las canciones melancólicas son las protagonistas.

GAM GAM: AUTÉNTICA COMIDA KOSHER EN VENECIA

La cocina Kosher puede parecer fuera de lugar en la ciudad italiana de Venecia, pero si os contamos que la ciudad cuenta con una estable población judía desde la Edad Media, y que alrededor del año 1500, aquí se formó el primer guetto (se le dio al barrio el nombre de "Il Guetto" y esto sirvió para denominar a todos los demás que se formaron en Europa), podemos pensar entonces, que la cocina kosher posiblemente estuviera en las mesas venecianas antes que los espaguetis y las pizzas y esa es una de las razones que hace tan especial comer en este establecimiento judío.

El menú de Gam Gam, situado cerca del puente Delle Guglie en el Canal Regio, es ecléctico, con opciones israelíes e italianas que se extienden de un pescado picante, cous-cous, pescado asado a la parrilla y platos de carne. Exquisitos los faláfel (me resultó curioso que al final del almuerzo, se pusieran en la puerta del local a repartir los que habían sobrado en la cocina a los turistas y vecinos que pasaban :-) y la extensa variedad de ensaladas. En general es un tipo de cocina muy apto para gente que cuida su alimentación, ya que se basa sobre todo en legumbres y ensaladas y con la que los vegetarianos se encontraran muy a gusto. Ah, nos dijeron que todos los panes y los postres estaban hechos en su propio horno de piedra.

Para empezar recomiendo pedir un menú de degustación servido a modo de tapa, es una manera estupenda de probar un poco de todo. El ambiente es muy curioso, creo que éramos los únicos no judíos del local.

Algo muy importante, el precio es estupendo para la media de Venecia, por 20 Euros por cabeza comimos estupendamente (postre y bebida incluida). Así que si os encontráis en la bella Italia de vacaciones y pasáis por Venecia y los hidratos de carbono os salen ya por las orejas, pues aquí tenéis una buena opción de probar auténtica comida kosher.

GAM GAM
Address: old Jewish Ghetto - Cannaregio 1122 Venezia
Phone: 041-715284




Beirut - Venice

Beirut es un grupo musical estadounidense procedente de Santa Fe con un sonido muy peculiar, combinando música oriental europea, folk y mexicana con el pop occidental (lo que se viene denominando World Music). En el 2006 publican su primer trabajo “Gulak Orkestar” lleno de sonidos balcánicos. El tema del post pertenece a su reciente EP “March of the Zapotec/Holland” (2009).
 
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