Los días de verano van pasando y yo sigo en la ciudad a la espera de tomar mis vacaciones. Si no fuera por el calor todo sería perfecto, la urbe sigue en activo, las actividades culturales no cesan y, sobre todo, los cines de verano están a pleno rendimiento. Al hilo de esta última actividad de la que me estoy aprovechando bien, y relacionándolo con mis últimas incursiones en la cocina, pues ha nacido el tema central de la entrada.
Cine y gastronomía, son dos pasiones que creo que he dejado entrever en este espacio más de una vez, aunque sea de forma separada, así que dándole vueltas y vueltas a la idea y empujada en mis divagaciones por este calor que obliga a retirarse en meditación durante horas, pues pensé que sería entretenido escribir un post sobre películas con contenido gastronómico. El cine es pura imagen y el dicho de "comer por los ojos" se hace en ciertas películas pura realidad, pues si bien los sabrosos aromas y sabores de la cocina no llegan a nuestras butacas, la capacidad de los buenos actores para trasmitir sensaciones, del director-guionista para plantearnos una historia donde comida y narración van indisolublemente relacionadas, así como la excelencia de la fotografía, puede hacernos la boca agua o bien todo lo contrario. Y digo esto último, pues una de las películas que he elegido gira en torno a un dulce pero mortífero ingrediente.
No voy a mencionar aquí una gran lista de películas marcadamente culinarias, pero he elegido tres, con bastante premeditación y alevosía, que de todas las que he visto hasta ahora, son mis preferidas. Las comparto con vosotros y al mismo tiempo, os invito a que descubráis vuestras preferencias gastrocinéfilas. Me encantará conocerlas.
No voy a mencionar aquí una gran lista de películas marcadamente culinarias, pero he elegido tres, con bastante premeditación y alevosía, que de todas las que he visto hasta ahora, son mis preferidas. Las comparto con vosotros y al mismo tiempo, os invito a que descubráis vuestras preferencias gastrocinéfilas. Me encantará conocerlas.
La número uno para mi es la vietnamita "El olor de la papaya verde" de Tran Anh Hung. La vi al poco de estrenarse, hace ya bastantes años (1993), y no lo he vuelto a hacer, pues he preferido quedarme con esa sensación que me trasmitió la pequeña Mùi, una niña campesina de 10 años que sale de su casa para irse a trabajar a Saigón y aprender a cocinar al lado de la cocinera de la casa. La entonces pequeña actriz bordaba el papel protagonista, es increíble cómo trasmitía el goce de perderse entre la cocina, cuando olía los ingredientes, cuando sus pequeñas manos cogían grandes cuchillos y con delicadeza cortaba la papaya verde. Fue mi primera experiencia sensorial con la cocina oriental, entonces una gran desconocida para mi en esos años. Os pongo una muestra de esos poéticos momentos de esta obra maestra del cine.
La segunda propuesta nos hace regresar a Europa, al cine de uno de los directores más franceses, por nacionalidad y por estilo, Claude Chabrol, y cuenta con la magnífica interpretación de Isabelle Huppert. Se trata de "Merci pour le chocolat" (2000), no confundir con "Le Chocolat" que ni de lejos se parece. Aquí la calculada frialdad, la manipulación y las apariencias se conjugan en torno a una taza de chocolate que esconde un letal ingrediente. Como he dicho antes la Huppert está que se sale, tengo que avisar que es una de mis actrices favoritas, es capaz, sin mover un solo músculo de la cara, de trasmitir una elegante y gélida locura.
Para finalizar la terna vamos a volver a Oriente, concretamente a Taiwán, para adentrarnos en todo un festín en forma de tragicomedia de la mano del famoso director Ang Lee. Se trata de "Comer, beber y amar" (así se presentaba en España en 1994 aunque su título original quería decir "Comer, beber, hombre, mujer"). En esta película he leído que el director contrató a tres expertos chefs que hacían los suculentos platos y los actores disfrutaron realmente de la mesa, nada de "gastro interruptus" ante el aviso de ¡corten!
La película me encantó, trata de un chef viudo que tiene tres hijas de armas tomar, cada una muy diferente, con mucha personalidad. La comida en familia se convertía en una forma de mantener a todos sus miembros unidos, entre ellos y a la tradición que se iba diluyendo con los modernos tiempos y el fast food. Es todo un goce para la vista algunos de sus primeros planos en la gran pantalla.
He estado investigado un poco para ver si existían festivales de cine oficiales en los que la gastronomía fuera el tema central, y algo sí que he encontrado. Por ejemplo, en Getxo van ya por la tercera convocatoria de Cinegourland un Festival de cine y gastronomía; en Huatulco se celebra el Film & Food Festival; y resulta que en Dijon, hubo durante dos años (2004 y 2005) un festival sobre esta temática pero ahí quedó la cosa en el olvido. También los grandes festivales, como el de Cannes, han incluido en sus ediciones alguna sesión especial fuera de concurso en las que cine y gastronomía aparecían unidas.
Y finalizada esta pequeña muestra de gastrocine, creo que es el momento apropiado para relajarme en casa y disfrutar de una película gourmet que llevo meses queriendo ver, se trata de "Entre copas" de Alexander Payne, una road movie regada de buen vino y amistad. Ya os contaré.
Roxy Music - For your pleasure
Roxy Music es un grupo de glam y art rock británico de los años 70, al frente del cual se encontraban dos fuertes personalidades como son el vocalista Brian Ferry y el músico Brian Eno, los dos aún siguen en activo en el mundo de la música. Roxy Music simbolizaron la elegancia y el glamour del rock tanto en la imagen como en la música , frente al punk reinante en los 70. La canción del post pertenece a su segundo álbum de estudio "For your pleausure" publicado en 1973.